lunes, 17 de enero de 2022

MOMENTOS DE SOLEDAD ELEGIDA

A veces, en ocasiones, nuestra alma pide soledad; nada más, nada menos. Necesidad de vaciarnos de mundo y de mente. Conseguir que nuestro corazón agote las reservas. Una imperiosa necesidad de querer orquestar nuestro movimiento corporal con la sinestesia multifacética de cada expresión de vida que sentimos. Instalarse en "nuestro verdadero yo", olvidando todo lo que acontece. Permitir que sólo el aire que nos rodea nos conecte con lo "invisible". Como un océano de paz que "engolfa" nuestro espíritu pero sin ahogarlo. Estando a solas, reconectamos con aquello que tanto solemos olvidar: "nosotros mismos". Thitch Nhat Hanh, asegura que el silencio es fundamental porque; "los pensamientos van desfilando por nuestra cabeza sin cesar hasta el punto que perdemos la alegría de sentir".

TIPOS DE EDAD (EDAD PSICOLÓGICA)

Hace unos días, un video de una pareja de ancianos juntos en el parque se hizo viral. Él la columpia con su bastón y ella se balancea tranquilamente. Evidentemente no son niños, pero lograron crear en ese instante, un globo temporal en el que no existen edades, sólo el momento. Me hizo reflexionar... Cuando nos adentramos en una edad y miramos atrás, puede gererarnos algo de "vértigo". El factor de mayor peso cuando nos paramos a pensar en el envejecimiento; es la edad. Sin embargo, cabe matizar que existen distintos tipos de edad: -Edad cronológica: La que tenemos según el calendario. -Edad biológica: La que tiene el cuerpo, que va a variar según lo hayamos tratado o cuidado. -Edad física: La que aparentamos por nuestro físico, nuestro estilo de vida. -Edad psicológica: La que tenemos "según nos sintamos". -Edad social: La que nos corresponde por nuestro grupo social, nuestro entorno. Si hay una edad que podemos modificar es sin duda, la psicológica, bien a través de nuestra actitud o bien por medio de un estilo de vida sano. Sentirse "joven" tiene más que ver con esa edad psicológica, con seguir sintiendo curiosidad por la vida, con tener avidez por seguir aprendiendo y creciendo, con afrontar la dificultad con creatividad y valentía... y con alejarnos de los estereotipos de la vejez. A veces nos aferramos en luchar contra el paso de los años (edad cronológica), recurriendo al bisturí para poner "parches al cuerpo". Quizá un problema de aceptación de la realidad. Tener una vida plena, sana y disfrutar de ella, implica disfrutar del camino y aceptar que el paso del tiempo es inevitable y sobre todo; un privilegio.

QUE EL MIEDO AL DOLOR NO TE ROBE LA VIDA

En una investigación de Klubber Ross (Psiquiatra y escritora especializada sobre la muerte, cuidados paliativos y personas moribundas), donde preguntaba a pacientes en el fin de sus días sobre qué era aquello que más les había dolido, una amplísima mayoría reportaban de cosas que no se habían atrevido a hacer, no de cosas que le habían producido dolor. ¡Qué interesante me pareció la investigación! El miedo al miedo es el que había atrapado y paralizado a aquellos a los Klubber Ross había preguntado en el final de sus vidas. Muchas veces, no somos conscientes que el miedo nos empuja a perder cosas, personas o vivencias... Curioso, por miedo a perder, hemos podido cambiar elecciones. Por miedo a perder, hemos podido quedarnos donde estamos y conformarnos, por miedo a perder, en lugar de arriesgarnos, nos hemos quedado en la zona de confort… por miedo a perder, optamos por el silencio en lugar de expresar, por miedo a perder, hemos hecho tantas cosas para no perder a algo o a alguien, que en ocasiones, han sido justo las condiciones que lo han provocado. Como el propio estudio de Klubber Ross indica, creo que no deberíamos esperar a que llegue mi final para "acercarnos" a recibir la belleza de la vida. Que la verdad (hermosa o dolorosa), nos conmueva cada día y nos abra a todo lo sublime que nos rodea y nos empuje profundamente hacia nuestra propia vida. El miedo solo es un problema cuando le tenemos miedo a nuestros miedos.