jueves, 10 de diciembre de 2020

CREER

Me preguntan si creo en Dios o en la reencarnación... Opino que no es lo mismo creer que tener experiencia con una realidad en cuestión. Sin una experiencia directa, creer en la reencarnación o en Dios, constituye una suposición o incluso, un deseo intrínseco que no es real. Pero es más, en estos ámbitos, tanto mi experiencia personal como la ajena, me importa poco. Lo que sí me parece revelador, es lo que cada uno de nosotros hace con sus creencias y con sus experiencias. ¿Las ponemos al servicio de nuestro crecimiento personal o de nuestro narcisismo? Creer que en otra vida o incluso en esta, somos un gurú o que hablamos con los "muertos", nos puede inspirar a ser un megalómano. Hay a quien su "experiencia con Dios o la reencarnación", lo mueve a ser más amoroso consigo mismo y con ello, con los demás. Hay a quien lo empuja a convertirse en un inquisidor o en un kamikaze emocional. A los demás no les repercute lo que creemos, les afecta lo que creamos; "cómo y para qué vivimos".

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