lunes, 5 de abril de 2021

LOS MIEDOS EN LAS RELACIONES

Cuando nos adentramos en el maravilloso mundo de la pareja, suelen activarse los miedos y se los atribuimos al otro para protegernos (proyección). Una forma de conseguir mantenernos en nuestra zona de confort, sin ser conscientes, de que la puerta más segura, es aquella que dejamos abierta. Hay dos maneras de relacionarnos con nuestros miedos: .La primera es verlos como debilidades que nos prohíben vivir y nos debilita. Un muro que nos encierra y nos separa de una vida más plena. No es extraño entonces que nos culpemos y nos castiguemos por autosabotearnos. .La segunda es verlos como el momento embrionario de un nuevo proceso interior (y exterior), que se está desarrollando. No los percibiremos entonces como un muro que nos aísla, sino como una puerta que se abre despacio a espacios más abiertos que los que ahora habitamos. Nos dejamos llevar tan a menudo por la convicción de que estamos ante un muro porque, ante los miedos encontrados, experimentamos sufrimiento. Sin embargo, el sufrimiento es como un capullo, es decir; "la fase cerrada de la floración". En el bloqueo, la inseguridad y el miedo madura la transformación interior como en el capullo anidan la flor y su fruto. Regarlo, ponerlo al sol... Toda nueva vida brota con dolor y tu dolor grita y llora que estás vivo. Tú decides: "Vivir como un avestruz (escondiendo la cabeza) o hacerlo como un águila (renace incluso cuando perece envejecer)"

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