lunes, 8 de febrero de 2010

EL RETROVISOR


El pasado lunes, después de que nos bautizara con su “gota a gota” la tormenta y a primera hora de la mañana como “rutina” me dirigiera a mi trabajo, la verde luz del camaleónico y último semáforo, muda posándose en rojo. Este momento de detención, para muchos “conductores”, es una “pérdida” de tiempo, personalmente me lo tomo como un instante de reposo, como estar en el umbral de la puerta que separa mi vida personal de mi vida laboral. Mientras anido en ese trance de sosiego, me gusta observar, sin prejuzgar, las conductas de los que me acompañan en el gris asfalto: unos se miran al retrovisor para comprobar que su imagen, es la misma que dejaron fotografiada en el espejo de su casa, otros, teclean el volante a ritmo de la música que escapa dirección a sus oídos, los hay que aprovechan el momento para “barrer” con el dedo sus fosas nasales, secas de tanto respirar el aire “contaminado”.
Existen muchas maneras de “asfixiar” para los impacientes ese momento de espera. Hubo uno en concreto que despertó mucho mi atención, se trataba de un trabajador que sentado al sillón de un gran camión, sacó su largo brazo acompañado de un pañuelo para frotar el enorme retrovisor, y así poder ver lo que acontecía por detrás. Ese momento me hizo reflexionar sobre las veces que tenemos que limpiar nuestros “retrovisores” internos, para ver las huellas que hemos dejado y poder avanzar hacia un futuro mejor.
“Según cómo hemos recorrido nuestro pasado, podremos avanzar hacia el futuro”. La persona que ha empleado su vida cometiendo errores, incluso repetidos a conciencia, tras echar un “vistazo de reflexión por su retrovisor” acerca del transcurso de su existencia, podría ocasionarle el estímulo necesario para dar un “volantazo”, teniendo la opción de escoger un trayecto que le lleve a elegir otra carretera hacia su destino. Aquí aplicaría mejor que nunca, una frase que escucho con frecuencia: “Usemos el pasado como trampolín y no como sofá”.
¿Y tú, cómo utilizas tu pasado, como trampolín o como sofá?

5 comentarios:

javier dijo...

Esta noche, a raiz de un mal chiste (Placido Domingo - Jodido Lunes), acompañando a la cama a mi hijo mayor, le he contado la historia de los dos tenores; yo la conocia pero la acababa de revivir recientemente en este blog. Y al entrar al ordenador, he encontrado tu retrovisor, que nos ayuda a mirar el pasado y a rectificar con un volantazo aquellas cosas que deben mejorarse. Que son unas cuantas, al menos en mi caso. Es buena idea usar el pasado como trampolín.
Un saludo. Javier.

Unknown dijo...

En la película: "Las aventuras de Jeremiah Jonhson" personaje interpretado por Robert Redford, se trata el tema del pasado de una forma sutil, entre otras cosas, un pasado del cual el protagonista quería escapar escondiéndose en la soledad de los grandes y extensos bosques de EEUU, pero aunque lo intentó no pudo conseguirlo, pues nunca dejó que aquellos errores y aciertos se diluyesen en su escogida soledad.
Dice, más o menos la canción en la película: "El día que te arrepientes es el día que te equivocas" sea como sea nuestro pasado las equivocaciones siempre se miden en función de los intereses de quienes juzgan...
Amigo Alexis, seamos como seamos, comportémonos con dignidad y respeto, sobre todo con nosotros mismos, como lo llevas haciendo tu tanto tiempo, así seremos auténticos, eso es lo que más que le duele al que juzga a la ligera el error de otro mortal.
Recordemos: "Quien esté libre de pecados que tire la primera piedra"
UN CORDIAL SALUDO DE TU AMIGO ALEJANDRO DIEPPA LEON

Lorena Navarro dijo...

PRESENTE... Querido Alex, somos un "poquito-mucho" de todo aquello que hemos podido SENTIR a lo largo de nuestras vidas: amor, deseo, rechazo, furia, alegría, llanto, paz interior, desesperación... (TODO lo que hemos sentido hacia nosotros mismos y HACIA LOS DEMÁS, ello, nos modela, nos crea...) La VIDA nos ofrece su camino, uno con infinidad de direcciones y nosotros ELEGIMOS, decidimos PERMANECER O NO y tal vez lo más importante: “CÓMO Y POR QUÉ HACERLO... “
En nuestro andar, encontramos personas que se detienen constantemente a mirar otros espejos… no sé por qué, si por temor a observar lo que pueden encontrar reflejado en el suyo, curiosidad, o simplemente rutina, no lo sé… pero ¿cuántas veces hemos tenido que escuchar cómo se cuestionan nuestros actos?
Nuestro retrovisor Alex, mi retrovisor, no siempre me ofrece lo que deseo ver, incluso, en ocasiones el rocío de la mañana, no me devuelve una imagen nítida, ello me recuerda, que interiormente NECESITO pasar un “paño” y desechar aquello que “sobra” y que se puede convertir en algo dañino en mi vida… pero aún así, me ATREVO a decir: “¡Mmm QUÉ RICO!”, pues es la reflexión de nuestras acciones, ese rocío, o el destello del sol al atardecer la que nos ofrece las oportunidades de aprendizaje, caminar, caerse, repetir, sentir, crecer eso es VIVIR. Cuando renunciamos a una de esas direcciones… abrimos nuestras puertas al resto de posibilidades, para algunos un PASO hacia la vida, para otros el RECHAZAR LA SENDA un acto de cobardía…
Que el reflejo de mi retrovisor… me siga sirviendo a veces como trampolín y otras… como la oportunidad de descanso con la satisfacción SIEMPRE, de haber elegido, a mi manera, equivocándome o no, ante cada cambio, ante cada situación… Sabes que tú, eres ya… un poquitín más de mí. Un besazo Enorme pequeño Friki.

Anónimo dijo...

que buena reflexión. El pasado es fundamental para decidir el futuro. Un basta ya a tiempo, el agotamiento o la conciencia sobre hasta donde hemos llegado, condicionara nuestro devenir.1 abraz

Anónimo dijo...

El pasado es lo que nos hace ser lo que somos, no hay error mas grande que el de querer quitar de la cabeza lo que no puede borrar el corazón. Tenemos que tener cuidado con lo que hacemos a lo largo de nuestra vida porque eso eso nos va a marcar nuestro destino y el de la gente que en ese momento nos rodea, procurar tener alma espíritu y conciencia limpios tal y como hacía aquel conductor. Por duro que suene, todos tenemos algún cadáver que hemos dejado en el camino o ser nosotros ese cadáver y quizás por eso algunos hemos optado o intentado dar un "volantazo" a nuestra vida para poder tener un futuro mejor o alejarnos de aquello que nos hace daño, aunque seguirá estando ahí.
llámalo como quieras; trampolín, sofá o aprendizaje.Cambiar de trayecto o huir no es la respuesta ni la solución, por que esa asfixia estará ahí. lo que creo que sólo tendríamos que mirar a ese retrovisor para no cometer los mismos errores, afrontarlos defrente, no ignorarlos como si nunca hubiese pasado. No creo que se deba usar como trampolín, pero tampoco como sofá para recrearte en ellos.