sábado, 19 de agosto de 2023

UN AÑO PAPÁ... QUÉ RÁPIDO... EL TIEMPO VUELA SOBRE NOSOTROS, PERO DEJA ATRÁS SU SOMBRA.

No sabía si volver a escribirte o dejar que las cosas sigan su curso natural... pero son tantas emociones, sentimientos, pensamientos que navegan por mis vasos sanguíneos, que era mejor buscarles una salida. El tiempo es como el alcohol, ayuda a desinfectar la herida, pero no la cicatriza. Y llevar una cicatriz es transportar tu recuerdo... es maravilloso, porque me abraza y me grita que se siente orgulloso del gran padre que fuiste y tuve. Debo reconocer que cuando partiste, me disfracé de invidente e inventé un carnaval fuera de mis pupilas. Conseguí huir... Es extraño como a veces necesitamos del dolor para abrir nuestras puertas. Y más extraño es, como la muerte nos une mucho más a quien no está y amamos. Esta foto es bastante simbólica, nunca sentí que me soltaras la mano, lo echo de menos, te echo de menos padre, pero estás muy adentro y eso me da paz. Dijo Nietzsche: "Si miras fijamente al abismo, el abismo te devuelve la mirada". Y yo podría decir: "Si miras fijamente al cielo, el cielo te devuelve la mirada". Y hoy miro al cielo y puedo picarle el ojo cómplice.

ESCAPAR DEL DOLOR (PERSONALIDAD EVITATIVA)

La película: "Eduardo Manostijeras", es una obra maestra protagonizada por Johnny Depp donde se mezcla fantasía y cotidianidad. Una película llena de emociones y sentimientos que da vida a una historia en la que destacan dos mensajes: "La importancia de aceptar las diferencias del otro y la de apartar los miedos a un lado". Edward (Eduardo Manostijeras), vive escondido en su gran mansión. Presenta un miedo extremo en clara alusión a su desconocimiento del mundo y de la vida. Una vez que conoce a conoce a Kim (Winona Ryder), ciertos sentimientos se despiertan en Edward, pero no es capaz de expresarlos. La relación con Kim es difícil, pero con el tiempo, cuando Edward se permite vivir, mostrarse, ella irá viendo en él a la persona que en realidad es y el gran corazón que tiene. Y así es, como muchas personas, anidan en la creencia de que el sentido de sus vidas, consiste en alejarse lo máximo posible de todo aquello que les pueda generar dolor, sufrimiento o a hacer frente a situaciones que requieren abordarlas, por miedo. La premisa es obvia: "Si lo que me hace gozar me da felicidad, el dolor o el sufrimiento me conduce a la tragedia" y me oculto en mi coraza". Ocurre, que la mayoría de las veces, las personas que han elegido esa forma de vida, terminan esquivando situaciones importantes, trascendentes, intensas que, de haberlas vivido, serían parte indisoluble de su camino a ser más fuertes, más felices... "Esquivar nuestra responsabilidad es lo más fácil e incluso placentero, pero autodestructivo: nos condena a la impotencia". El hecho de afrontar situaciones adversas, atraverse a atravesar el miedo, nos ayudará a tomar conciencia y a valorar la vida desde otro prisma. En definitiva, seremos más lúcidos y conscientes de todo aquello que nos rodea y rodeamos. Cuando no nos atrevemos a "afrontar la vida", nos sentimos retenidos con una armadura que, supuestamente, nos protege de amenazas. Pero en realidad, lo único que hace es evitar que el cuerpo (y el alma), puedan moverse con total libertad, expresarnos e impide conocernos en la autenticidad. La vida experimentada en la desnudez, es aquella en la que te atreves, en la que no te escondes sino en la que te expones; en la que te arriesgas para descubrir, porque descubriendo te descubres.