lunes, 13 de febrero de 2023

LAS RELACIONES TÓXICAS

Las relaciones tóxicas, pueden aparecer en todos los ámbitos de nuestra vida, aunque especialmente suelen darse en las relaciones de pareja. Las relaciones tóxicas se identifican ante todo, al no estar elaboradas bajo los pilares sólidos como; la comunicación, el respeto, la confianza, el cuidado, el amor... Suelen generar mucho sufrimiento, desgaste emocional e incluso, producen la destrucción de la autoestima. En el peor de los casos "cruzan la frontera" del maltrato psicológico o físico. Pero lo más importante: "¿Qué es lo que nos mantiene enganchados a una relación tóxica?" Cuando la pareja ha normalizado la toxicidad en su día a día, comienzan a funcionar como la dupla "camello-yonki". Han establecido una relación de codependencia: el yonki cree que necesita nutrirse de la "sustancia mágica" que el otro le suministra y el camello cree alimentarse con la sumisión de su amante. El problema se agrava porque ambos son adictos: uno, a la imagen idealizada de su pareja y el otro, a su propia imagen de idolatrado. Ambos viven en una ilusión que solo se sostiene al precio de perder el contacto con la vida real. Acaban retroalimentándose de la energía estancanda del otro; una energía que no deja de menguar. Lo ilusorio es creer que estas relaciones van a ser superadas sin una profunda toma de consciencia y una confrontación con nuestras heridas y nuestros miedos. Creer que el otro cambiará solo por decírselo o creer que el otro cambiará porque; "se dará cuenta del daño que me causa y de cuánto le amo", es síntoma de una falta de discernimiento y de madurez emocional. Por todo ello, cerrar una dinámica de adicción implica; descubrir la herida y asumir la responsabilidad de desinfectarla para que sane; y también requiere conectar con los valores más profundos que habitan en nosotros: el cuidado, el perdón y el amor (que no el apego). Una vez trascendida la dinámica de adicción en las relaciones, no vuelve a aparecer: uno queda inmunizado para siempre. Como dijo Frida Kahlo: "A veces tienes que olvidar lo que sientes y recordar lo que te mereces".