miércoles, 26 de agosto de 2015

LA MEDICINA HOLÍSTICA


En 1978 la OMS (Organización Mundial de la Salud) evalúa que un gran porcentaje de la población mundial es tratada por terapeutas tradicionales como homeópatas, acupuntores, naturópatas e incluso psicólogos, resolviendo sus problemas de salud sin necesidad de acudir a la medicina convencional. Es un método de sanación que busca ocuparse del cuerpo, la mente y el alma de la persona mediante terapias tradicionales, complementarias e incluso añadiendo como ingrediente a la Psicología.
Su objetivo es llegar a un estado de salud óptimo, en el que se previenen y se tratan las enfermedades.
En esta medicina, la persona es un individuo que enferma por un desequilibrio físico, emocional, espiritual, social y ambiental. Por ende, la curación llega de forma natural cuando se equilibran estos aspectos.
La medicina holística no rechaza a la medicina convencional, más bien todo lo contrario. En ocasiones se utilizan tratamientos comunes, medicamentos y cirugías, pero también acompañados de herramientas complementarias como la acupuntura, el yoga, la hipnosis, la meditación, la nutrición y cambios en el estilo de vida.
Hablo no sólo desde lo que he podido estudiar y comprobar, sino desde mi experiencia, de vivirlo de piel adentro. Concretamente un “colon irritable” invadió mi estado físico y emocional, o más bien, mi estado emocional generó dicha patología. Nada es afuera sino es adentro y nada es adentro sino es afuera.
Recurrí a la medicina tradicional sin ver resultados que me garantizaran una mejora completa, lo que hizo que añadiera poco a poco métodos de medicina complementaria como la acupuntura, la homeopatía y la nutrición. Una vez iba alcanzando un estado de salud óptimo, fui reduciendo la dosis de los medicamentos recetados por la medicina tradicional.
Con la utilización de estos tratamientos me fui ocupando de mi cuerpo, de mi mente y de mi alma, llegando a un estado de bienestar casi total, y no solo de la salud de una parte de mi cuerpo, en este caso el colon, sino de emociones que se escondían en sus madrigueras.
Para cerrar estas líneas añado un proverbio ayurveda: “Cuando la alimentación es mala, la medicina no funciona. Cuando la alimentación es buena, la medicina no es necesaria”.