sábado, 6 de junio de 2009

LA AMISTAD INCONDICIONAL


Lo que hace que la amistad tenga tantos privilegios es simple y llanamente que cuando es auténtica no hay nada que demostrar. Cuando hay alguien que te tiene que explicar que él es así, él nunca será un tesoro para ti.
La amistad es única, no hay nada que cambiar, ni nada que demostrar, no hay nada que perdonar. Difícil, lo sé, pero eso es así o de lo contrario, que es lo nos sucede con la inmensa mayoría, es alguien a quien conoces, le tienes cariño y le respetas. Eso no tiene nada que ver con el tema. Tema tan especial como el que no existe la duda, ni los celos, ni las comparaciones. Ése es el motivo por el que generalmente tenemos tantos conocidos y tan pocos elegidos. Amigos elegidos para la confidencia, para las otras risas, para los buenos y los malos ratos y, sobre todo para no tener que dar explicaciones. Ésos son los que son. Los amigos.
La amistad es una relación que se basa en el desinterés, la reciprocidad, la empatía. Es un vínculo elegido, nada obliga a mantenerlo. De ninguna otra relación interpersonal se puede decir todo esto.
¿Por qué no ha de ser posible, entonces, la amistad entre un hombre y una mujer? Cuando un hombre y una mujer construyen una relación de amistad, se aceptan ante todo y sobre todo como personas, no se eligen sexualmente. Como personas, ambos tienen cerebro, corazón, emociones y sentimientos (y éstos no tienen sexo). El hombre ya no ve a la mujer como un objeto de deseo, como alguien a quien conquistar. La mujer no ve al hombre como un potencial proveedor, como aquel que le permitirá tener una familia o ser madre.
Como en el amor, habrá en este vínculo comunicación, sentimientos, expectativas, proyectos. Pero serán de otro tipo: despojados del componente de la libido, y superados los estereotipos culturales de género descubrirán juntos el amor de la amistad.
Cuando un hombre y una mujer son amigos, se ofrecen y se ofrecen la mutua posibilidad de acceder a un mundo ajeno, el del otro sexo. A través de una amiga, un hombre puede aprender a comprender a su pareja. A través de un amigo, una mujer puede encontrar respuestas para sus interrogantes sobre las actitudes del hombre.
En una relación de amistad, entre hombre y mujer, con el tiempo, ambos están mejor preparados para relacionarse con otros hombres y con otras mujeres.
El crepúsculo y el amanecer necesitan de la amistad entre la noche y el día, así la

comprensión entre los seres humanos necesita de la amistad entre hombres y mujeres.