lunes, 16 de marzo de 2015

EL ECO DE LA VISITA DEL LAMA GADEN TRITUL RINPOCHE


El pasado día 13 de marzo de 2015 recogía en el aeropuerto al Lama Gaden Tritul Rinpoche, teniendo la gran suerte de compartir el día con él. Impartiría una conferencia en el municipio que me vio crecer, un lujo para los teldenses. Durante el trascurso de las horas, compartimos almuerzo y vivencias. Pude saciar inquietudes y pasar un día bajo la sombra de la paz y la compasión.
De lo compartido durante el fin de semana que pasó en esta redonda isla de Gran Canaria, dejó eco en mí, su inagotable sonrisa, su predisposición a todo con un: “Si, si, si”, y la amistad que firmamos en aquel abrazo del domingo noche cuando nos despedíamos, y que se convertiría en una deuda de por vida. Pronto nos volveremos a ver…
Quería compartir con ustedes un pequeño trozo de mi vida compartida junto a Gaden para enfocarles desde mi punto de vista el tema de la religión. Un buen amigo, me pedía que le hiciera directamente la siguiente pregunta: “Budismo, ¿religión o filosofía?”
Días antes, debatíamos sobre el tema, y aunque le argumenté mi experiencia sin poseer la verdad absoluta, Gaden, despejó cualquier duda, el Budismo es filosofía, ética laica.
Para algunos, la religión está arraigada a la creencia de un solo Dios (monoteístas) o de Dioses (politeístas), y según el tipo de religión, cada una a su respectivo ser supremo. Otros, sin embargo, piensan que tiene que ver con una actitud emocional e individual respecto a algo que está más allá de este cielo que nos tapa. Los hay que la identifican “sencillamente” con moralidad. Lo cierto, es cada uno se agarra a la religión en gran medida por la experiencia vivida, por lo que ha podido “chupar” de sus progenitores y por los senderos que sus inquietudes les han llevado a tomar.
Personalmente, me considero como la mayoría de este mundo, un seguidor de Jesús. Como cristiano, he vivido con él toda mi vida. Su mensaje no deja indiferente a nadie. Ahora, en esta época de mi existencia, el horizonte se ha ampliado, acariciando otras ramas, convirtiéndome así, en un cristiano no exclusivista y no creo que el cristianismo sea la única religión aceptable, por más que sea mi “hogar”.
Como un “explorador”, he viajado en liana realizando cortos pero intensos viajes que me han permitido conocer otras ramas, hasta que decidí anidar hace años en el árbol del Budismo, sin exclusividad (adoro el Taoísmo). Entendí, en este nido, que el crecimiento espiritual no tiene que estar basado en la fe religiosa. Budismo es ética laica. Cierto es, que todas las religiones: cristiana, hinduista, bahaísmo, judaísmo, todas…en su trasfondo, tienen un mismo mensaje, e incluso el propio budismo, sin sujetarse a la creencia de un Dios creador. Todas abogan por el amor, la compasión y el perdón, valores apreciados incluso por los agnósticos. Al fin y al cabo, cada persona es libre de elegir y de aceptar cualquier condición religiosa, pero lo más importante es no alejarse de su contenido. Y el ingrediente principal, es la compasión. Y la compasión es el deseo de que los demás estén libres de sufrimiento, acompañándolos en sus sombras.
El problema llega cuando la religión, y sobre todo su creyente, se autoconvence de la “verdad absoluta” de su creencia y se halla dispuesto a seguir las consecuencias de esta convicción, incluso no sólo apostando todo lo que posee, sino perdiéndolo. La religión puede convertirse en idolatría, transformando a las personas, aferrándolas fanáticamente. Y es ahí, donde corremos el riesgo de perdernos. Tenemos que respondernos demostrándonos que la religión misma, la tuya y la mía, llevan a examen a sus ídolos y efectúa “reformas” desde dentro, es decir, toda religión, tiene el poder de renovarse a sí misma. Ninguna posee la verdad absoluta. Existe una verdad única y universal: el amor.
Para cerrar tan delicado tema, dejo unas palabras de Buda, que hicieron que mi balanza ética y espiritual se inclinara hacia tierras tibetanas: “Oh monjes y sabios, no me respetéis por quien soy, ni por mis enseñanzas. Debéis someterme a un análisis crítico y aceptarme sólo cuando vuestro entendimiento os aconseje hacerlo.”

martes, 10 de marzo de 2015

INVENTARIO DE MI MISMO



Hay cosas que se me escapan de toda lógica… Intento encontrar una respuesta y me viene a la cabeza unos versos de Extremoduro: “Buscando una respuesta que lleva el viento y voy detrás de todas las tormentas y no la encuentro”.
Llegado a esta edad y con las experiencias vividas, es tiempo de desacelerar y comprender que sucede fuera de esta estructura que protege mi ser interior, porque empiezo a entender, que hay respuestas que sólo tiene la vida.
Mientras tanto, me instalo dentro de esta carcasa y me doy un paseo por mis madrigueras para perderme. Sentirme perdido y encontrado, una y otra vez, son de esas cosas que te dejan dormir tranquilo. Conectar con lo más insondable de mi ser, que será quien me dé lo que nadie podrá darme.
Ya lo decía Erich Fromm: “Las respuestas dependen, en cierta medida, del grado de individualización alcanzado por el individuo”.

jueves, 5 de marzo de 2015

A MI PADRE...A MI BUEN PADRE



No escondo mi admiración (sin dosis de idolatrías) por Jesús, Buda, Krishnamurti, Gandhi, Dalai Lama o el propio Mandela…
Fueron personas grandes que se hicieron pequeños y humildes, para hacer grandes a los pequeños. Hoy, consciente del día a día de mi padre, si me preguntasen por quien siento una gran admiración, mi respuesta sería tajante.
Ayer cumplía años, y al soplar percibía que sus fuerzas al exhalar el aire que apagaría el fuego de las velas, van disminuyendo cada año.
Cada día al irme de regreso a casa y dejar atrás el nido que me vio nacer y crecer, allí se queda un trozo de mi alma.
Hoy siendo padre, puedo ser consciente de lo que ellos sacrifican llegando, a veces, a “anular” su vida por hacer que la nuestra no carezca de sentido.
Cierro esta cita, con una frase de Zinedine Zidane en una entrevista que leí y no me dejó indiferente, cuando le preguntaron cuál sería su mayor éxito. Zidane respondió: “Que mis hijos pensasen que he sido un buen padre”.