La belleza de la vida está en las
pequeñas cosas del día a día. En lo sencillo, en lo que no apreciamos,
en lo que no oímos, en lo que no vemos.
Continuando con nuestras pequeñas cosas, con quienes
amamos, aceptándolos con sus defectos y sus virtudes, riendo juntos y
hasta de uno mismo, tener las necesidades básicas cubiertas y, por supuesto,
con problemas (con o sin solución)...en mi opinión, eso nos hace ser
conscientes de vivir plenamente.
Sobrevivir a los problemas del día a día, con pequeñas victorias puntuales,
pero sin ninguna guerra ganada de importancia. Si ya consigues hacerlo
siendo tú mismo, ya has ganado...
Intentar sobrellevar las penurias que nos encontramos, con la
posibilidad de seguir enamorados de lo cotidiano, aguantando
estoicamente los días malos de la persona con la que convives y los nuestros. Disfrutar de las alegrias de cada uno, compartir y apoyarse en los
problemas, porque la vida tiene luz y oscuridad.
Ahí está el secreto de la verdadera convivencia...
Ya lo dijo nuestro queridísimo Joaquín Sabina: "La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse".
Ahí está el secreto de la verdadera convivencia...
Ya lo dijo nuestro queridísimo Joaquín Sabina: "La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse".
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