Ante el dolor propio y ajeno nos agarramos a la frase: “El
tiempo todo lo cura”. Es la “oración” utilizada por antonomasia para aliviarnos
el alma. Ahora bien, si confiamos en que el tiempo nos va a
solucionar todo, cedemos nuestro potencial fuera de nosotros y dejamos de
asumir responsabilidades que nos pertenecen como: actuar, pensar, expresar,
arriesgar…ahorrándonos “vivir” en plenitud.
Como dice el legado de Sófocles: “Los cielos nunca ayudan al
hombre que no quiere actuar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario