jueves, 16 de abril de 2020

UN CLAVO NO SACA OTRO CLAVO

Por mucho que lo creamos, un clavo nunca quitará otro clavo. Iniciar una nueva relación como quien busca un analgésico para el dolor, no es lo más acertado. Estaríamos asistiendo al síntoma pero no a la causa.
Ese clavo hendido en nuestro corazón solo podrá retirarse con el propio martillo que lo clavó. Poner otro supondría hacer un agujero más grande.
Asumir la distancia, el vacío al otro lado de la cama y sobre todo en el corazón, desespera. Nuestro cerebro entra en "estado de alarma", interpretando ese dolor como algo real, como el que se quema... Y necesitamos aliviar esa "quemazón" con una buena dosis de "crema y ternura".
En cambio, otros se niegan a asumir el final y buscan a la desesperada un camino que no siempre funciona: el de las relaciones de paso. Llenar un vacío con vacío...
Queda claro, sin duda, que no hay nada mejor como volver a iniciar una relación estable, íntegra y madura para darnos una nueva oportunidad, siempre y cuando, eso sí, estemos verdaderamente preparados para ello. Porque si bien es cierto que nadie es insustituible, lo que no somos es intercambiables.
Pero iniciar una relación con la mochila cargada de resentimiento, tristeza y sueños rotos es una bomba de relojería que estallará antes o después. "Es como si empezaras con la nueva pareja en el mismo punto en el que acabó la historia anterior".
Como dicen los buditas: "Quien persigue a dos liebres, al final no consigue ninguna".

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