lunes, 27 de mayo de 2024

AMOR VS MIEDO

Dicen que lo contrario al amor no es el odio, sino el miedo. Todos tenemos "nuestros miedos", y es natural sentirlos, sin embargo, tenemos que tener claro, que el miedo simplemente es una representación de algo que no podemos comprender y en sí, un instinto de supervivencia. Si elegimos para nuestras decisiones el camino del "miedo", para evitar sufrir, lo que haremos es alimentar y engrandecer ese sentimiento. Afortunadamente también es natural al ser humano, sentir amor. Si elegimos transitar los caminos con amor, aún sintiendo miedo, nos daremos cuenta de que "el amor es más grande que el miedo". Como decía Chavela Vargas: "Ama sin medida, sin límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin duda, sin precio, sin cura, sin nada. No tengas miedo de amar, verterás lágrimas con amor o sin él".

EL AMOR Y LA CONFIANZA

¿Es posible amar sin confianza? En el idealismo, el amor no podría existir sin la confianza, pero en la práctica, el amor puede sobrevivir sin la confianza. Cuando ayudamos a una persona mayor a cruzar una calle, cuando le cedemos el asiento a una persona que lo necesita o cuando contribuimos dando unas monedas a quien nos lo pide, estamos obrando con amor, pero eso no significa que confiemos en los demás. Es importante saber que ambos conceptos son totalmente distintos, aunque bien es cierto, que están muy relacionados. El amor es una emoción profunda que nos permite conectar con los demás (y con nosotros mismos), bajo el afecto. La confianza, es la esperanza de que el otro actuará de forma ética, responsable, manteniendo los compromisos pactados con nosotros. Ahora bien, si hablamos de relaciones de pareja, ambos conceptos tendrían que fusionarse. Sin confianza por ambas partes, la relación no puede ser profunda ni sólida. En los términos de John Gottman (piscólogo experto en relaciones de pareja), la confianza no es un concepto vago, sino un conjunto de conductas, creencias o emociones que nos hacen estar dispuestos a modificar nuestro propio comportamiento con el fin de hacer sentir mejor a nuestro compañero o compañera. Siempre he pensado que las relaciones de parejas sanas son para mejorarnos el uno al otro, para llegar con dos cuerpos allá donde uno solo no puede. Y para que esto pueda lograrse, no podemos excluir la confianza. Para que una relación funcione, no basta con amar al otro, necesitamos sentir aquello que estamos dispuestos a dar: honestidad, compromiso, lealtad, respeto y comunicación (confianza). De ahí, la importancia de cuidarla bien y mucho. Si esta se desintegra, la relación se adentraría en el mundo de las dudas, la sospecha, la inestabilidad, los celos... y es importante saber, que al igual que a una persona, a la relación; lo que más la debilita y propicia el desequilibrio emocional y psicológico es precisamente, la falta de bases seguras, de apegos basados en una concordancia que se nutre de la confianza. Por ello, nadie puede caminar junto a alguien sin la certeza de que no fallará a los “pactos” que se hacen cuando deciden trascender juntos el camino del amor. Porque la pareja no es sólo el presente, sino aquello en lo que llegará a convertirse en el futuro, y para eso, se necesita amalgamar el amor y la confianza