sábado, 25 de octubre de 2025
LA SEXUALIDAD
Últimamente cuando entablo una conversación con mis amigos o mis amigas sobre las relaciones de pareja actuales, muestran (compartimos), su apatía y su rechazo al vínculo. Cuando profundizamos en el tema, parece ser, que terminamos en el mismo punto. Hoy la mayoría de las relaciones están volcadas en la búsqueda del placer efímero, y lo que consideramos improductivo: "sexo sin compromiso".
Matizar, que lo consideramos baldío, porque suele ser un laberinto poco apetecible de transitar para los que desean formar un pacto, y así, compartir en compañía para construir juntos una vida.
No podemos ni debemos reprochar a esa "concepción del sexo sin compromiso", absolutamente nada, puesto que es lícito que dos personas tengan relaciones sexuales sin comprometerse a algo más.
Ahora bien, la sexualidad en las "relaciones de parejas sanas", es una de las expresiones más directas de entrega. No solo ofreces el cuerpo, también todas tus vivencias, experiencias, cicatrices, miedos y muchas emociones. Entregamos: ternura, complicidad, pasión, deseo y como no: compromiso.
Y aquí, llega el problema: cuando el compromiso no se concede de forma íntegra o se minimiza, queriendo tener sexo con nuestra pareja solo en momentos donde deseamos complacernos, la fusión tiende a desaparecer.
Por qué sería lo más sano un sexo comprometido? Pues porque el sexo puede ser, además de una experiencia de placer cómplice, un medio de autoconocimiento personal. Un viaje en compañía para sanar nuestras viejas heridas, conciliar ternura y pasión, explorar un mundo de deseo, elevar nuestra vibración y alcanzar experiencias maravillosas con el cuerpo y con el alma.
He aquí un camino, un modo, donde encontrarnos con nosotros mismos y con el otro, pues el sexo es siempre comunión. Y todo intercambio entre dos personas deja huella... de ti dependerá qué eliges ser, al elegir qué deseas vivir sexualmente; el caminante o el camino.
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