viernes, 8 de abril de 2022
EL APEGO EN LAS RELACIONES DE PAREJA
Cuando nos enamoramos y se evapora el "efecto champagne", entramos en la segunda y tercera fase del amor. Y al trascender todos los ciclos, llegamos a amar de forma especial, sentimos que nos “enganchamos” a esa persona. Inconscientemente podemos embarcarnos desde el amor sano o desde la carencia.
Muchas veces vivimos esta situación como algo ilusionante y fuente de felicidad. A veces, incluso lo vivimos como todo lo contrario, algo que puede pasar si bajo la apariencia de una relación amorosa, surgen dinámicas de dependencia o incluso de manipulación psicológica.
De ahí, que debemos tener claro el concepto de apego: "Un vínculo mental y emocional, con un componente obsesivo a cierta persona (cosas, situaciones, etc), donde nos somete a la esclavitud y a la pérdida de la identidad.
Es por ello, que debemos ser conscientes y así, despedirnos de aquellas relaciones afectivas que nos cierran la puerta hacia el "mundo", relaciones dependientes que sabotean nuestro crecimiento personal.
Una relación sana, intercambia "energía" con el exterior y enriquece entre sí, la propia fuente "nuclear de relación".
Cualquier forma de aislamiento que se genere en la relación tiende a ser patológica, incrementando de esta forma, el factor: "necesidad".
No olvidemos nunca, que el miedo a perder al otro encerrándolo para controlarlo, "es pan para hoy y hambre para mañana". Si ese miedo a la pérdida florece en uno de los dos miembros de la pareja (a veces en los dos), significa que esa relación está tapando carencias no resueltas.
El desapego es lo opuesto; una relación sin "componentes obsesivos" y donde percibimos cuando uno está preparado para la pérdida.
Es un vínculo sin miedo, sin posesión, donde uno es emocionalmente independiente y donde sabemos en lo más profundo, que esta vida es un viaje en el que nos cruzaremos con personas en el camino que vienen y van.
Aprenderemos a aceptar el desapego, cuando seamos capaces de dedicarnos tiempo a estar con nosotros mismos para "arreglar la casa" por el interior.
En definitiva, el desapego no implica que seas una persona fría o que la vida en pareja te sea indiferente. Se trata de compreder y aceptar que todo tiene su camino. Un camino que pocas veces coincide con lo que deseamos.
LA INFIDELIDAD EN LAS RELACIONES DE PAREJA
En la sociedad y en el tiempo actual, las relaciones de pareja (o la gran mayoría), se sostienen en estructuras sociales monógamas. Y la fidelidad forma parte de nuestros valores sociales cuando se establece este tipo de vínculo.
Toda relación de pareja tiene un contrato, explícito o implícito. Y este es un acuerdo en el que dos personas coinciden en lo que desean. Entiendo que formar una pareja lleva la fidelidad de forma intrínseca.
Y aunque nuestra sociedad nada en el mar de la monogamia, existen situaciones (parejas), donde los contratos se establecen con otros pactos; el poliamor (entre otros). Pero ese es otro tema...
Cuando en una pareja que ha decretado compartir su vida juntos, uno de los miembros de la relación (o los dos), buscan fuera de forma unilateral otro vínculo, es que ya no cree en el que vive o existe. Por lo tanto, no siente que dentro de él pueda encontrar lo que está buscando fuera.
El que es infiel no le es infiel al otro, sino a su vínculo de pareja.
¿Qué buscan? Cuando esto sucede, tanto un hombre como una mujer, desean encontrar fuera de "casa", lo que ellos suponen que no volverán a encontrar en su actual vínculo (pasión, romance, sexo, novedad, etc). Nada que no se pueda trabajar y obtener con la persona que compartes tu día a día.
Muchas veces, la infidelidad la comete la persona que es inmadura emocionalmente.
¿Por qué? Es sencillo. Es cierto que no somos hacedores de lo que sentimos, pero sí somos dueños de todas nuestras acciones (desde la primera a la última). Y, por lo tanto, no somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas.
Una persona inmadura, es aquella donde lo que piensa, siente y hace no va en sintonía.
Si en algún momento de tu vida, sucede que han sido infiel a tu proyecto, a tu vínculo, medita alejarte de la persona que ha sido desleal contigo. Él o ella (no tú), tendrá que lidiar con una pesada carga: "no ser íntegro consigo mismo".
Démosle las "gracias" por recordarnos el valor de la lealtad, la fidelidad y de la integridad.
LA SOLEDAD ELEGIDA: "EL PLACER DE ESTAR CON UNO MISMO"
Es sabido, que el ser humano desde que nace necesita de “otro” para poder sobrevivir, y quizá de ahí, se propague ese latente miedo a la soledad por todo nuestro ser.
Hablamos de los patrones de apego aprendidos en la infancia.
En la vida, muchos cuando son invadidos por un problema, camuflan la soledad consciente o inconscientemente rodeándose de personas que, al final, no les aportan nada o solo ese momento de ”anestesia” que les proporciona un letargo que significaría no hacerse cargo de su situación a solas. Es más fácil, mucho más cómodo evitar habitar ese lugar, que adentrarse en él profundamente.
En esos casos, los demás solo ayudan a esquivar en compañía…
No hablo de que la compañía sea insana. Todo lo contrario. El apoyo de los demás es muy importante, un valioso recurso. De hecho, aunque pueda parecer contradictorio, tener un fuerte apoyo puede hacer que seamos más eficaces a la hora de lidiar con nuestros propios problemas, con nuestros propios "demonios".
Sin embargo, en determinados momentos de nuestra vida, la soledad elegida es necesaria. Sea para aclarar mente o “corazón”. Nos ayuda a amueblar nuestra “casa”, a reordenar los espacios, y sobre todo, encontrar respuestas a preguntas que por el trajinar diario y las confrontaciones de la vida, no podemos descifrar.
Conversar con nuestra alma, recorrer los deshabitados caminos de nuestro propio mundo interior, cohabitar con nosotros mismos... eso solo nos lo puede proporcionar la "soledad elegida".
Y cuando uno se permite transitar ese camino, se permite disfrutar del placer de estar consigo mismo, es posible que empiece a disfrutar de su intimidad, que valore el silencio y, con el tiempo, quizás hasta desarrolle la capacidad de ejercitar su vista para ver lo que no veía, atender los sonidos para escuchar lo que no oía y, algo más hermoso todavía; verse y escucharse a sí mismo.
Gustave Flaubert dijo: "La soledad enseña a no someterse a cualquier compañía".
jueves, 24 de febrero de 2022
NO EXISTE LA PAREJA PERFECTA, EXISTE LA PAREJA CONSCIENTE
Cuando uno decide elegir pareja no sólo elige lo que le gusta de esa persona, también la parte que no.
Al elegir pareja no sólo es conveniente observar lo que nos gusta, lo que tenemos en común... sino todo aquello que viene en el "pack completo". El otro es como es, con todo el derecho a serlo y compartiremos también la parte que no brilla de esa persona como nos gustaría.
Elegir a una persona para embarcarnos en el "viaje de pareja", requiere aceptar sus luces y sus sombras. Acompañarla, respetarla, cuidarla...
Y desde ese "podium" podemos trabajar para idear una pareja consciente, a lo que personalmente, llamaría: "pareja perfecta".
En definitiva, para que las relaciones sean "perfectas", no basta con un sentimiento intenso del amor, hay que elaborarlo con ingredientes tan importantes como la honestidad, la lealtad, la integridad y la fidelidad.
Una vez esté "hirviendo en el caldero", para que obtenga un buen sabor, sería recomendable complementarlo con especias como; el apoyo, la comunicación, la intimidad, la admiración...
Es por ello, que la pareja perfecta es una pareja que se trabaja conscientemente.
LA IMPORTANCIA DE LA ATRACCIÓN FÍSICA Y EL DESEO EN LAS RELACIONES DE PAREJA
Sabemos que toda relación de pareja se sostiene firme, si abrillantamos las patas de su base: el compromiso, la lealtad, la comunicación, el respeto, la admiración, el deseo, la atracción física y psicológica.
Pero si nos adentramos en la madriguera de dos personas que ya han transitado juntas un tiempo prolongado el mundo de la relación de pareja, puede que uno de los miembros (o los dos), ya no sientan atracción física por el otro.
Los neuroquímicos de la atracción y el deseo, al cabo del tiempo, al igual que pasa cuando alguien consume drogas (tabaco, alcohol, psicofármacos), durante una larga temporada, llega a la tolerancia. En las relaciones, cuando la "cascada química" desciende, son muchas las personas que lo interpretan como una pérdida de amor y suelen buscar fuera de la relación, la misma droga. Sin ser conscientes de que sólo están cambiando de "camello".
La atracción física y el deseo liberan dopamina, serotonina y oxitocina, por ello, cuando estamos con la persona amada, nos sentimos excitados, llenos de energía y felices. Nuestra percepción de la vida puede llegar a ser maravillosa y esta situación es "tremendamente adictiva", ya que el refuerzo que obtenemos por estar con la persona que amamos, nos hace querer repetir la experiencia.
Sucede que el ser humano, cuando llega a habituarse a algo o a alguien, necesita de una dosis más alta para seguir generando las mismas sensaciones.
De ahí, la importancia de trabajar de forma sana, la atracción sexual con su pareja, ya que puede derivar en una idealización por la misma que haga que nos sumerjamos en lo que se denomina en Psicología: “Amor Romántico” (esos mitos de la media naranja, entre otros).
La atracción física y el deseo tienen que estar presentes de una manera regular para que la misma se mantenga en el tiempo y haga que las dos personas que la conforman, se sientan felices, estables y cómodos. Además de que esta relación les hará crecer como individuos y como dupla.
"¿Cómo trabajar la atracción y el deseo en la pareja?"
.Comunicación: una buena comunicación incluye también la actividad sexual. Es importante hablar sobre el sexo y durante la práctica de este.
.Mantener una actitud activa: hay personas que mantienen una actitud de pasividad y esperan que sea la pareja quien tome la iniciativa. Los dos han de mostrarse activos, incluso "compitiendo" para ver quien sorprende a quien.
.Imaginación: la rutina es el peor enemigo de la vida sexual de una pareja, pues lleva a la insatisfacción. Cambiar de lugar para practicar el sexo en diferentes posturas, provocar a la pareja, explorar nuevas experiencias, juegos...
.Espontaneidad: La provocación forma parte de la espontaneidad, como buscar la diversidad...
.Tiempo adecuado para los preliminares: Hay que dedicar el tiempo a los juegos antes de llegar al orgasmo, pues en muchas ocasiones no se alcanza porque el estado de excitación no es el adecuado. Las caricias, los besos, el sexo oral, masajes... pueden ser de gran utilidad.
Ya lo decía Severo Ochoa: "El amor es física y química".
lunes, 17 de enero de 2022
MOMENTOS DE SOLEDAD ELEGIDA
A veces, en ocasiones, nuestra alma pide soledad; nada más, nada menos. Necesidad de vaciarnos de mundo y de mente. Conseguir que nuestro corazón agote las reservas.
Una imperiosa necesidad de querer orquestar nuestro movimiento corporal con la sinestesia multifacética de cada expresión de vida que sentimos.
Instalarse en "nuestro verdadero yo", olvidando todo lo que acontece. Permitir que sólo el aire que nos rodea nos conecte con lo "invisible". Como un océano de paz que "engolfa" nuestro espíritu pero sin ahogarlo.
Estando a solas, reconectamos con aquello que tanto solemos olvidar: "nosotros mismos".
Thitch Nhat Hanh, asegura que el silencio es fundamental porque; "los pensamientos van desfilando por nuestra cabeza sin cesar hasta el punto que perdemos la alegría de sentir".
TIPOS DE EDAD (EDAD PSICOLÓGICA)
Hace unos días, un video de una pareja de ancianos juntos en el parque se hizo viral. Él la columpia con su bastón y ella se balancea tranquilamente. Evidentemente no son niños, pero lograron crear en ese instante, un globo temporal en el que no existen edades, sólo el momento.
Me hizo reflexionar... Cuando nos adentramos en una edad y miramos atrás, puede gererarnos algo de "vértigo". El factor de mayor peso cuando nos paramos a pensar en el envejecimiento; es la edad.
Sin embargo, cabe matizar que existen distintos tipos de edad:
-Edad cronológica: La que tenemos según el calendario.
-Edad biológica: La que tiene el cuerpo, que va a variar según lo hayamos tratado o cuidado.
-Edad física: La que aparentamos por nuestro físico, nuestro estilo de vida.
-Edad psicológica: La que tenemos "según nos sintamos".
-Edad social: La que nos corresponde por nuestro grupo social, nuestro entorno.
Si hay una edad que podemos modificar es sin duda, la psicológica, bien a través de nuestra actitud o bien por medio de un estilo de vida sano. Sentirse "joven" tiene más que ver con esa edad psicológica, con seguir sintiendo curiosidad por la vida, con tener avidez por seguir aprendiendo y creciendo, con afrontar la dificultad con creatividad y valentía... y con alejarnos de los estereotipos de la vejez.
A veces nos aferramos en luchar contra el paso de los años (edad cronológica), recurriendo al bisturí para poner "parches al cuerpo". Quizá un problema de aceptación de la realidad.
Tener una vida plena, sana y disfrutar de ella, implica disfrutar del camino y aceptar que el paso del tiempo es inevitable y sobre todo; un privilegio.
QUE EL MIEDO AL DOLOR NO TE ROBE LA VIDA
En una investigación de Klubber Ross (Psiquiatra y escritora especializada sobre la muerte, cuidados paliativos y personas moribundas), donde preguntaba a pacientes en el fin de sus días sobre qué era aquello que más les había dolido, una amplísima mayoría reportaban de cosas que no se habían atrevido a hacer, no de cosas que le habían producido dolor.
¡Qué interesante me pareció la investigación!
El miedo al miedo es el que había atrapado y paralizado a aquellos a los Klubber Ross había preguntado en el final de sus vidas.
Muchas veces, no somos conscientes que el miedo nos empuja a perder cosas, personas o vivencias...
Curioso, por miedo a perder, hemos podido cambiar elecciones. Por miedo a perder, hemos podido quedarnos donde estamos y conformarnos, por miedo a perder, en lugar de arriesgarnos, nos hemos quedado en la zona de confort… por miedo a perder, optamos por el silencio en lugar de expresar, por miedo a perder, hemos hecho tantas cosas para no perder a algo o a alguien, que en ocasiones, han sido justo las condiciones que lo han provocado.
Como el propio estudio de Klubber Ross indica, creo que no deberíamos esperar a que llegue mi final para "acercarnos" a recibir la belleza de la vida.
Que la verdad (hermosa o dolorosa), nos conmueva cada día y nos abra a todo lo sublime que nos rodea y nos empuje profundamente hacia nuestra propia vida.
El miedo solo es un problema cuando le tenemos miedo a nuestros miedos.
martes, 14 de diciembre de 2021
EXPRESAR LAS EMOCIONES
Todos en algún momento, por diferentes razones, hemos preferido mantener silencio, contenernos en una situación concreta. En casos puntuales es necesario, por ejemplo; para evitar una discusión.
El problema llega cuando esto se convierte en una rutina en nuestra vida; ignorar, negar o evitar las emociones puede generar efectos negativos. No expresarlas hacen que suban en intensidad, despertando en nosotros conductas desadaptativas para intentar neutralizarlas. Estos comportamientos pueden ir desde la rumia (reflexión excesiva), hasta estrategias de evitación (alcohol, drogas, medicación, sexo, etc).
Al evitar expresar nuestras emociones, lo que conseguiremos es fortalecerlas, aumentando con ello la agresividad en nosotros. Esto puede generar muchas enfermedades en el cuerpo y en la mente.
Nos educan para conocer el Universo, los secretos de la vida, la materia y quizás a Dios, y se olvidan de enseñarnos la manera de comprender nuestra alma.
Expresar las emociones tiene que ser una parte fundamental de nuestras vidas y de nuestras relaciones, tanto con los demás como con nosotros mismos. Hacerlo nos ayudará a llevar una vida más liviana en todos los sentidos.
Las emociones y sentimientos son una imprescindible fuente de información: nos guían, nos ayudan a dar sentido a lo que pasa en nuestra vida, a nuestro alrededor, y sobre todo: "a ser quienes realmente somos".
SABER ACOMPAÑAR
En algún momento de nuestras vidas, pasaremos por situaciones donde nos sentiremos desbordados, y muy probablemente, necesitaremos de alguien que esté a nuestro lado, o también, seremos ese alguien que acompañe en un proceso donde haya oleaje en el alma.
Cuando nos toque acompañar, sería conveniente saber hacerlo. En muchas ocasiones, nos sentiremos tentados a dar consejos sin que nos los hayan pedido, y dar consejos, nos coloca en una posición de cierto prestigio, autoridad, sabiduría, e incluso; "poderío" (un juego enriquecedor para nuestro ego). Sería sano que sólo diéramos consejos si nos los piden.
Es importante saber que el que sufre necesita:
.Espacio: Escuchar y atender. Sin urgencia ni presión para dar un consejo. Dejemos que el otro se desahogue, que descargue y, sobre todo, que sea al ritmo que necesite... El malestar no es tuyo.
.No juzguemos: Evitemos frases como: "No entiendo porqué lo haces si siempre terminas igual". "Te lo advertí". "Tendrías que haberlo hecho de otra forma”.
Nunca minimices el dolor o el sufrimiento de la otra persona.
.No demos consejos ni lecciones: Tratemos de no solucionar los problemas del otro sin que nos lo hayan pedido. Preguntemos en qué podemos ayudarle y qué necesita.
.Apoyo: Hagámosle ver que es válido que se sienta así. Si aceptamos cómo se encuentra la persona, esto ayudará a que vea que esa sensación que está sintiendo es natural y está bien que lo sienta.
.El contacto físico ayuda: Abrazarle o mostrarle apoyo con una caricia, es bastante reconfortante. A sabiendas que la otra persona quizá lo rechace... Pero no olvidemos que no nos rechaza a nosotros.
.Y lo más importante, si creemos que esa persona necesita un acompañamiento profesional, es importante que no se lo propongamos de una forma directa, ya que se puede sentir atacada.
Preguntemos cómo se siente llevando su proceso solo/a. Proponiéndole si ha pensado en pedir ayuda o apoyo.
Como dijo Alejandro Jodorowsky: “Tratando de ayudar, podemos hacer daño al obligar a otro a recibir algo que no nos pidió. Además cuando insistimos en dar un consejo a alguien que no nos lo ha pedido, en realidad nos lo estamos dando a nosotros mismos”.
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