domingo, 17 de julio de 2011

LA SOLEDAD

Es sabido, que el ser humano desde que nace necesita de “otro” para poder sobrevivir, y quizá de ahí, se propague ese latente miedo a la soledad por todo nuestro ser.
Muchos camuflan la soledad consciente o inconscientemente rodeándose de personas que al final, no les aportan nada, nada más, que ese momento de ”anestesia” que les proporciona un letargo, que significaría no hacerse cargo de su situación a solas. Es más fácil, mucho más cómodo, intentar evitar habitar ese lugar, que adentrarse en él profundamente.
Esquivar en compañía…
Sin embargo, en determinados momentos de nuestra vida, la soledad es necesaria. Sea para aclarar mente o “corazón”. Nos ayuda a amueblar nuestra “casa”, a reordenar los espacios y sobre todo, encontrar respuestas a preguntas que por el trajinar diario y las confrontaciones de la vida, no podemos descifrar.
Conversar con nuestra alma, recorrer los deshabitados caminos de nuestro propio mundo interior, cohabitar con nosotros mismos…

2 comentarios:

Begoña dijo...

El silencio y la soledad es el único amigo que jamás traiciona.

maria jesus sanchez espejo dijo...

La soledad es una experiencia subjetiva, uno puede estar solo y no sentirse solo, porque está y quiere disfrutar de ese estado de soledad para meditar, para pensar, para desconectar del ruido de la sociedad, del bla, bla, bla de la telebasura que ponen en la tele, de las tonterias que dice la vecina del quinto o de los cotilleos de los amigos, y puedes estar entre un grupo de amigos y sentirte verdaderamente solo, como si todas esas personas no hablaran tu mismo idioma, y tu no entiendes bien que haces alli.
Esta situación te puede resultar desagradable e incluso producirte angustia.
Hay segun mi manera de entender ésto, dos tipos de soledad: la afectiva o emocional, que es cuando no tienes pareja, o alguien que te proporcione una sensación de plenitud, de felicidad tan grande, que aunque estes solo jamas te sentiras solo, con tu yo interno, con la plenitud de tus sentimientos y tu alma, que te llenan por completo. Y luego tenemos la soledad social, la del grupo de amigos, conocidos, que es super importante, somos seres sociales y para hacernos a nosotros mismos, debemos compartir experiencias con otras personas, porque del ser más insignificante, se puede aprender siempre algo, de esa manera cubrimos nuestra necesidad de afecto, de sentirnos queridos y aceptados y nuestro propio desarrollo personal.
Equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias cosas.