Cuando uno trasciende una pérdida, sea del tipo que sea, no
tiene que tratar de olvidar lo perdido, ni subestimar lo que ya no existe. Un
duelo es ser consciente de lo que marcó en mí, aquello que forma hoy parte del
pasado, y sobre todo, agradecer a la vida el haberlo encontrado, haberlo vivido.
No podremos hacer desaparecer la cicatriz, tenemos que
elaborar un plan para cuando nos encontremos con ella, podamos acariciarla, y al
hacerlo, darnos cuenta de que no nos duele al tocarla.
Esto garantiza que cuando surja la posibilidad de una nueva
relación, sea distinta a la anterior, quizá no mejor, pero sí distinta, y eso,
puede que nos lleve por otro camino más bello que el exhalado en el pasado.
Frank Lloyd no lo pudo describir mejor en una de sus frases: " Un experto es un hombre que ha dejado de pensar: sabe".
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