viernes, 26 de agosto de 2016

MI PERRA MOLI...


Se llama Moli...es una labrador y en esta imagen es la pura representación de la esencia de la "amistad" con mi hija. Desde que llegó, inmediatamente surgió entre ellos, esa obediencia y quietud a la vez que es capaz de transmitir en este caso el perro sin necesidad de pedirla, esa complicidad que invita a ver la vida siempre como un juego. La verdadera amistad es desinteresada, pues más consiste en dar que en recibir, lo cual no implica que no sea necesaria una correspondencia, un afecto y una benevolencia mutuas. Es un claro ejemplo al estar siempre predispuesta al reencuentro, acompañando incondicionalmente en cada uno de mis naufragios, aquilatando a veces los momentos de soledad, animándome cuando la angustia me ensombrece, invitándome a uno de estos mágicos paseos, regalándome toda su atención y su lealtad.
Hoy ha sido un paseo donde los dos ventilamos nuestras almas.


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