lunes, 26 de octubre de 2020

EL AMOR SANO Y MADURO

El amor es uno de los sentimientos más intensos que podemos experimentar a lo largo de nuestra vida. Si tenemos suficiente madurez emocional y conciencia, podremos experimentar un viaje increíble con nuestra pareja. Pero ese viaje de amor sano requiere ser admirado, respetado, cuidado, nutrido y supervisado por una "lúcida consciencia", para que no se contamine por las trampas del ego, que se mueve por el miedo… ¿Miedo a qué? Miedo al abandono, a ser herido, traicionado o rechazado. Es innegable que compartir nuestra vida con otra persona implica cambios importantes, pero toda elección conlleva renuncia. Y muchas veces, esas elecciones tienen un valor incalculable. En definitiva, para que las relaciones duren no basta con el sentimiento intenso del amor, hay que trabajarlo... Por tanto, para que el amor triunfe, también hay que aprender a hacer que la relación funcione. Esto es lo que se conoce como: "el caldo de cultivo de amor sano y maduro". Se requiere (llevando en vena la honestidad, la lealtad, la fidelidad): Apoyo: Cuando el amor es sano hay que procurar apoyarse cuando desean llegar a una meta o atravesar un momento crítico. Aceptación: La aceptación de los "defectos" del otro es esencial, puesto que el amor implica tolerar y respetar a la otra persona tal cual es. Comunicación: Este aspecto puede ser determinante para diferenciar un amor sano de un amor tóxico. Mientras que en una relación saludable cada conversación es constructiva, en el "amor tóxico", siempre se generan conflictos y culpas. Intimidad: El ámbito sexual es uno de los componentes más importantes de toda relación sentimental. Sin embargo, no hay que sacrificar los intereses propios para complacer los ajenos. Si el amor es saludable y verdadero, la intimidad surge del deseo. Felicidad: Una relación saludable está compuesta por momentos felices. De manera continua ambos buscan compartir nuevas experiencias... A pesar de las dificultades, los dos sienten que se complementan. Armonía: La armonía no siempre gobierna en una pareja. Los desacuerdos y las dificultades forman parte de una relación entre dos personalidades (egos) diferentes. Tendemos a pensar que para que el amor funcione no deben existir las discusiones. Discutir es sano, pelear no. Sin embargo, un amor sano es aquel capaz de resolver problemas o desacuerdos con respeto. No se trata de coincidir en todo, sino de compartir valores y de hablar el mismo idioma en cuanto a nivel de consciencia. Reciprocidad: La falta de compromiso y deslealtad por los sentimientos de la otra persona, erosiona la relación y la desequilibra hasta dejarla "coja". Y para cerrar; "lo que tenemos que tener claro, es que lo que nos une a nuestra pareja, es su capacidad de "despertar" en nosotros el amor hacia la vida. Y en esa vida está nuestra pareja... me gusta llamarlo: "Sintonía de almas".

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