jueves, 22 de diciembre de 2022

EL BUEN AMOR

El buen amor se elabora como el buen vino: necesita reposo y unas buenas cubas donde crearse, una temperatura adecuada y tiempo; pero lo más importante es la calidad de la uva. La fuerza de ese vino (pareja), dependerá de la intensidad que tiene cada una de sus "uvas", y de su disposición a compartirse y cuidarse. El buen amor o la energía de la relación solo se mantendrá si cada uno tiene un proyecto vital... una dirección que lo llama. Pero un mismo foco. Sólo cuando cada uno tiene como esencia sus valores, su propósito y un sentido vital, puede relacionarse con el otro desde la riqueza y no desde la necesidad. Si esos ejes son compatibles y ambos deciden viajar juntos, se establece una dinámica de retroalimentacion auténtica. No se necesitan, se quieren y se eligen. Avanzando unidos con una energía que aumenta de forma perenne. Y es que la pareja no es solo una unión para el disfrute y el goce, es y debe ser, un encuentro para tomar consciencia, crecimiento y transformación. De hecho, una vez transitada la fase del enamoramiento, el deseo lo nutre, sobre todo, la mutua admiración. A una "pareja inspiradora", a la que admiramos, no dejamos nunca de desearla. Y no hay nadie más inspirador que quien vive su propia vida siendo creativo y pleno. Pero es importante destacar, que no se trata sólo de avanzar en compañía hacia proyectos que nos enaltecen, sino también de poder descansar en los brazos del otro. Sentirnos apoyados cuando caemos... Sostenidos cuando el miedo nos paraliza... Cuidados cuando el dolor nos debilita... Acogidos cuando la vulnerabilidad nos desnuda... Una pareja perfilada, vincula dos objetivos vitales que se afianzan y se potencian cuando deciden ir de la mano... y es también una casa: "un hogar con cimientos enraizados".

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