lunes, 30 de abril de 2012

Debemos tener cuidado en cómo vemos el mundo porque el mundo será exactamente como lo veamos. Puede que contemplemos las cosas a través de los ojos del miedo, de la limitación, es por ello que debemos limpiar la ventana y ver el mundo lleno de posibilidades.

domingo, 22 de abril de 2012

LA TRISTEZA

“Nuestra cultura no ampara el estar triste, pero en ciertas ocasiones lo más verídico que tenemos es nuestra propia tristeza”. Hablar de tristeza no es indicador de enfermedad, sino de un sentimiento normal y muy perecedero que todo el mundo experimenta en ocasiones. Es más bien, una forma que los seres humanos tenemos para adaptarnos mejor a los cambios y a veces a las dolorosas circunstancias de nuestra existencia. De esta forma, reivindico el derecho a estar triste sin vivir en la tristeza.Rompiendo así los esquemas de la sociedad, de las apariencias y me permito transitar el camino de mis emociones.

jueves, 12 de abril de 2012

EN LA CIMA

Lo difícil no es subir, sino una vez en la cima, seguir siendo el mismo. Da vértigo llegar a las “alturas” y verse reflejado sin reconocerse el rostro corrompido por el ego.

domingo, 1 de abril de 2012

EL VALOR DE LA PALABRA

Agarrando los versos bíblicos como si de una cometa se tratase, quisiera destacar la entrada de Jesús en la casa del sumo sacerdote Caifás una vez fuese entregado y traicionado por Judas. Reunidos los maestros de la Ley y las autoridades judías, le juzgarían por blasfemia. Jesús, dijo ser capaz de destruir el Templo de Dios y de reconstruirlo en tres días. Algo inimaginable.
En el momento de entrar, Jesús se dirigió a Pedro: “Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces”. Éste que lo había acompañado para mostrarle su apoyo, lo negó con su cabeza. Mientras el nazareno era interrogado dentro, los transeúntes reconocieron la cara del discípulo y le preguntaron si había estado con Jesús de Galilea, a lo cual Pedro negó en tres ocasiones, y en aquel mismo momento, cantó el gallo. Recordó entonces las palabras del hijo de Dios llorando amargamente. Había incumplido la palabra a su maestro.
Si echamos un vistazo a la historia, la palabra no sólo sirvió durante muchos siglos para la comunicación del ser humano, sino también como instrumento para sostener compromisos. Girando hacia atrás la cabeza y mirando de reojo al pasado, tiempo atrás, la palabra era suficiente para que los comerciantes les fiasen a sus clientes. De hecho, recuerdo cuando iba a la tienda de aceite y vinagre cerca de casa a comprar sin monedas en el bolsillo y decía: “apúnteselo a mi madre”. La señora accedía a darme lo solicitado, normalmente aquella palmera de chocolate y un zumo pera-piña. Tenía la palabra de mi madre y era más que suficiente.
La palabra era sinónimo de compromiso, sello distintivo de una persona, el espejo del ser humano, era su marca, el honor y los valores que había recibido. Hoy, doy gracias a Dios por haber heredado de mis padres el saber cuándo puedo dar mi palabra. Uno debe ser consciente de cuando está dispuesto a darla, y desde mi modestia, considero que sólo puedes concederla cuando sabes que puedes o intentarás cumplir lo pactado. Cuando has prometido algo con la palabra y no lo cumples, tu persona en cuestión pierde toda credibilidad, y por lo tanto la confianza.
Siempre he oído a mi padre decir que la expresión: "un hombre de palabra", no hace referencia a aquel que se pasa el día resolviendo crucigramas, se refiere a quien hace lo posible por cumplir con sus promesas. En otros tiempos, según argumentaba mi progenitor, "dar la palabra", era dar la seguridad de que el compromiso contraído iba a ser cumplido en tiempo y en forma.
No había que firmar nada, ni sellar nada, ni llamar a nadie para que diera fe.
Hoy en día, es difícil encontrar personas que adquieran ese tipo de compromisos si salimos del grupo de familiares o amigos íntimos…
Me cuestiono el valor que tiene hoy la palabra, teniendo en cuenta que es muy frecuente que quien la usa borra con el codo lo que alguna vez escribió con la mano. Es una lástima que la confianza se haya vuelto tan desconfiada. De un tiempo a esta parte, ahora tengo la absoluta seguridad, de que ya puedo dudar de todo. Esto por contradictorio que parezca, me da seguridad.
Ya lo decía uno de los predicadores más relevantes de la historia y un importante político ateniense, Demóstenes:” Las palabras que no van acompañadas de hechos no valen para nada”.

lunes, 19 de marzo de 2012

FELIZ DIA DEL PADRE

Siento admiración por Jesús y por Buda, fueron personas grandes que se hicieron pequeños y humildes, para hacer grandes a los pequeños. Hoy, consciente del día a día de mi padre, si me preguntasen por quien siento una gran admiración, mi respuesta sería tajante. Feliz día!

martes, 6 de marzo de 2012

LA VIDA Y SUS MATICES

La pasada noche, cuando Morfeo se encontraba en la bisagra de mi puerta, justo antes de que se adentrase en mi mente, y consiguiese así, que me sumergiera en las profundidades del mar del sueño, envolví los oídos con mis compañeros nocturnos: los auriculares. Éstos, me ayudan a aislarme del mundo exterior sin desconectarme de él. Respiraba el aire que rodeaba el sonido que salía de los receptores, con un programa que bautiza el nuevo día y que se hacía llamar: “Hablar por hablar”.
Llama mucho la atención el nombre del programa, pues no se aleja de la realidad, la gente suele hablar “gratis”, es decir, hablan por hablar. Las palabras parchean lo que no somos capaces de exteriorizar con nuestras acciones. Supongo que cada uno, busca una forma de sanar su vacío. Deberíamos ser conscientes que en el momento en el que miramos al otro, ya desviamos la vista de nuestro centro, y aunque me parece respetable, es triste que para algunos, su centro sea lo ajeno.
Volviendo al inicio del contenido, justo antes de que mi párpado superior enlazara con el inferior y consiguiera que mis pestañas cerraran la cremallera hacia el sueño, escuché cómo una mujer de 51 años, abría camino hacia la experiencia de su primer bisnieto. La idea de ser bisabuela, le suponía un drama, quería que su descendiente abortara. Y como la vida, no es vista desde el mismo prisma para todos, la siguiente llamada, llenaba de contradicción el episodio anterior, ya que alguien con una década más de vida, relataba cómo las diferencias familiares, le habían alejado de su nieta. Su propia hija, le privaba del derecho a disfrutar de su nieta, más triste aún, privaba a la menor el derecho de gozar de su abuela.
Curioso matiz: “hay quienes pueden y no quieren y quienes aún queriendo no pueden…”
Quisiera recalcar, que nos confundimos al utilizar a los niños para beneficiarnos. Éstos, desde que nacen adquieren un derecho sobre cada persona que les rodea, y serán ellos los que decidan qué personas conformaran su vida. Recuerdo, que en una de nuestras conversaciones, mi querido amigo y maestro de terapias naturales Pedro Fleitas, utilizaba un término para describir a los menores que son utilizados por uno de sus progenitores para sacar “petróleo”, y que tronó muy dentro de mí: “rehenes”.
Si hablamos de rehén, según podemos entender, es una persona indefensa que queda en poder de alguien como “prenda o garantía”, mientras llega a un acuerdo o pacto con un tercero. Concluyo, y a día de hoy, me quedo pensando en la dureza del contenido de dicha palabra, pero cuánta razón tiene su terminología.
En fin, la vida y sus matices…

miércoles, 8 de febrero de 2012

SER REALMENTE LO QUE SOMOS

Mientras esperaba en la sala de espera con la esperanza de que todo me saliera bien, ojeaba una revista, la cual traía entre sus ingredientes, un precioso cuento que narraba así:
“Un hombre lloraba frente a su maestro, quejándose de una imagen que le atormentaba.
-Pienso maestro en el día en que llegue al cielo. Quizá Dios esté esperando para preguntarme por qué no fui como Moisés, como Jesús o como Gandhi… Me angustia darme cuenta de que no voy a poder darle más que excusas absurdas.
El maestro lo mira y le dice:
-A mí me pasa igual…pero diferente. Si cuando yo llegue al cielo, Dios me hace esa pregunta, sé que tendré mucho para argumentar. Sin embargo, si apenas llegue, Él me preguntara: ¿Por qué no fuiste como realmente eres? Sé que sólo podría bajar la cabeza y quedarme mudo, porque no tendría ni una sola respuesta para dar…”
He intentado, para bien o para mal, vivir mis treinta y cinco inviernos de la única manera que he aprendido: “a mi forma”. Tratando de ser fiel a mis creencias, a mis pensamientos y a mis sentimientos. Me cuestionaba en aquella misma silla, que si antes de subir la infinita escalera que conduce al cielo, como leía en el cuento, alguien me hiciera esa pregunta, hoy, tendría clara mi respuesta: “he intentado ser yo en cada segundo de mi vida. He llorado por errores cometidos, atravesado, como la mayoría de los mortales, malos momentos y también he tenido pérdidas”. De hecho, no hace mucho, el abuelito de mis sobrinos nos dejó adelantándonos con paso largo camino hacia el cielo. Domingo Iglesias Rojas, un hombre que en el transcurso de un año y tras su última y definitiva migración desde Venezuela, tuve la gran suerte de conocerle más y mejor. Pasó a mi lado sin hacer mucho ruido, pero creando eco en mi interior. Hoy sólo me queda desearle un eterno descanso.
Y en el camino de los buenos momentos, he intentado atravesarlo de acuerdo a mi definición de “felicidad”, supongo, que cada uno tendrá la suya propia.
Desde mi más sincera modestia, podría responder que siempre he intentado (a veces no lo he logrado) vivir mi vida acorde a mi forma de ser. Nada se puede reprochar a quien lo intenta, ya lo decía Gandhi: “la alegría está en la lucha, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma. Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria compleja”.

miércoles, 18 de enero de 2012

PARADOJAS DE LA VIDA

El pasado día, conducía sin percatarme que llevaba en la parte trasera del coche una garrafa de agua vacía, cuyo destino era la basura o quizá un futuro reciclaje. Dejé atrás los contenedores, cambiándole el azar a la botella y quizá el mío. Nunca se sabe porqué uno a veces no hace lo que pretendía hacer…cosas del destino.
Mientras me sumergía en el presente, los golpes del plástico yacían en mis oídos al aporrear los sillones del vehículo causando un inquietante ruido.
Giré mi cabeza hacia atrás, dirigiendo la vista al moldeable material y recordé la paradójica frase: “La vida, cuanto más vacía, más pesa”.
Han pasado unos días de este nuevo año que nos atraviesa y hemos dejado en el trayecto la navidad. Empachados de tanto materialismo, lo corroboro con lo vivido en casa ya que hablar de lo ajeno nos aleja de nuestro centro, desviándonos hacia lo nocivo, observo cómo mi pequeña gran mujer de ocho años se ha “llenado de plásticos no vacíos” concretamente .El paso de los días ha conseguido que haga caso omiso al deseo por los juguetes, supuestamente y en principio “llenos” de ilusión, han quedado aparcados, una relación semejante a mi situación con la garrafa, ella ahora desinflada, pesaba y me incomodaba.
Me cuestiono qué puede colmarnos para lograr un equilibrio emocional y salir airosos del desierto. Un páramo donde nada de lo que podamos adquirir sacando la billetera nos librará de sentirnos angustiados, desesperados, frustrados, tristes e incluso cansados de inventar “un para qué” día tras día. Carentes de afecto, nos volvemos adictivos sustituyendo los sentimientos en la mayoría de los casos por compras compulsivas, las cuales morirán huérfanas de valores.
Desde mi modesto punto de vista, “el primer mandamiento para salir a hombros del Coliseo”, es saber realmente lo que anhelamos, aún contra la voluntad de quienes nos rodean.
Empezar a aceptarnos y asumir nuestras limitaciones nos ayudará a tener la libre capacidad de elegir, qué es lo que realmente nos hace sentir satisfechos con la vida que queremos tener.
Religión, altruismo, espiritualidad…a muchos les sirve de refugio para encontrar la paz interior que no nos aportan los objetos. Para mí, y siempre con la posibilidad de equivocarme, está en alcanzar un estado óptimo de salud (física, psíquica y social) que nos permita disfrutar de una vida plena, evitando un sentimiento a la deriva.
Sin una actitud positiva, se quebranta la salud, sintiéndonos infelices o frustrados.

sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ ENTRADA DE AÑO NUEVO

Cada puerta, cada entrada que atravesamos, es como los años que tachamos en el calendario, indican que dejamos atrás experiencias, vivencias adquiridas, incrementando así, nuestro particular kilometraje. Cerramos la puerta número 2011 para adentrarnos en la señalada 2012 y continuar aumentando los kilómetros.
Les deseo a todos que no los recorran en balde y disfruten de una feliz salida y entrada de año.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

NAVIDAD… SALUD Y MOMENTOS

Ya en Diciembre… aterrizamos en la pista del invierno, tiempo de recogimiento y con ello la llegada de la tan “controvertida” Navidad. Contradictorio, esta estación nos hace hibernar, pero tan señalada fecha nos empuja a salir a la calle.
Reencuentros, olor a castañas asadas, bombillas, compras... Nos enfrentamos a unos días de alegrías, tristezas, sinsabores, materialismo y grietas en el ego. En este desértico tiempo de crisis que deambula, muchos son los que lo atraviesan dejando kilómetros atrás y esforzándose para llenar las mesas en Nochebuena, y si me apuras, hacer un milagro para ver a su hijo el día de reyes, con una sonrisa dibujada en su cara.
Hace días, saltó la noticia de que el ayuntamiento de un pequeño pueblo había utilizado el presupuesto del alumbrado público navideño, para dar trabajo a una veintena de desempleados. Veinte familias que verían cubiertas sus necesidades básicas en un mes, donde desde mi modesto punto de vista, ningún niño, ningún adulto, debería quedarse con el estómago vacío.
En este humilde artículo navideño, quiero hacer mención especial a mis padres, y a todos aquellos padres que hicieron lo que estaba en sus manos para alimentar el cuerpo, la mente y el corazón de cada uno de sus hijos, cada día de cada navidad y durante el resto del año, con ganas o sin ellas. Ahora que soy padre, me conmueve cómo siendo ellos tan jóvenes, hicieron todo sin quejarse. Firmaron un “pacto” y éstos están para cumplirse.
Días atrás, estuve en la sala de espera del hospital. Un ictus había parado parte del organismo de mi padre, pero también, la vida de todos los que le queremos. Con la ansiedad de quien desespera al esperar, volaban mis pensamientos, y no me imaginaba una navidad, una vida sin su presencia. Este relevante hecho, ha potenciado un poco más mi forma de ver y disfrutar esta época del año junto a quienes amamos.
Independientemente de las cuentas bancarias de cada familia, “la navidad”, es un tiempo mágico que ilumina cada hogar. No importa los “bultos” que puedan acompañar al árbol, ni las cenas que se sirvan en cada mesa, al fin y al cabo, los momentos compartidos son los que llenan nuestros recuerdos.
Cómo no voy a valorar y disfrutar esta navidad al lado de mi padre, entre otros…, un hombre que durante mis casi treinta y cinco años de vida, le he visto levantarse cada mañana temprano, lloviera o no, para volver por la noche, capaz de hacer lo necesario para mantenernos y protegernos como fuera y sobre todo, llenar la mesa en Nochebuena y dibujarnos una sonrisa en nuestra cara el día de Reyes.
Mientras giro las bisagras que cierran este artículo, un año más, me voy despidiendo también de éste, no sin antes desearles a todos una Feliz Navidad y un año especialmente “cargado” de salud y de grandes momentos.