
A uno de los presos que llevaba allí toda su vida y ya entrado en edad, le dieron la “condicional”. Al salir, la vida había llevado su curso y las nuevas tecnologías habían hecho lo propio. Era un ser humano con una vida entre rejas y al encontrarse con un cambio tan intenso, la libertad se le hizo muy grande. Era “alguien” dentro de aquella prisión, fuera, ni la sombra de lo que dentro significaba. Su decisión fue la de suicidarse. No supo volar, claro que siempre “creyó” ser libre en la rama de aquel árbol. Fue preso de su libertad.
Desde hace mucho, he venido escuchando personas aseverando con total autoridad, seguridad y supuesta claridad, postulados acerca de la libertad, que ésta se consigue tras el éxito, el dinero, la madurez, la autonomía del ser…pero ¿a qué libertad se refieren? ¿a una libertad condicionada? Me puse a pensar y a tratar de digerir algo que no me cuadraba y no me convencía en absoluto: “¿Tendremos realmente la autoridad plena de hacer o no lo que queremos?” Por más vueltas que le di al asunto, un "no" fue la única respuesta.
He intentado experimentar con el significado de libertad; intenté hacer cosas fuera de cierto patrón: ir de improvisto a algún lugar, escuchar música a la hora que quisiera, cosas muy básicas, meros baladíes. ¿Fui libre de hacer lo que quise simplemente porque así me pareció? Obviamente, obtuve otro "no" como respuesta.
Pues era una cuestión de lógica, la vida en sí es regida por varios patrones, están las leyes, las normas de convivencia social, sagradas o religiosas (para aquellos que son creyentes), cuestiones morales y éticas provenientes de la familia, círculo de amistades, de lo laboral y un sin fin de otras normativas. Todo está programado, por así decirlo. Si dijese que mañana lo quiero dejar todo e irme a un país de ayuda humanitaria, muchos dirían que estoy loco. El miedo a desprogramarte de esta sociedad tiene un peso enorme, pero, sólo nos sentiremos libres, si dejamos de sentirnos condicionados por todo lo mencionado anteriormente.Tú eres el que ha de elegir tu propia reacción, frente a las cosas, situaciones y personas. Vivir libremente, siendo dueño de uno mismo, es no dejarse llevar ni por persona ni situación alguna. Saber que nada ni nadie tiene poder sobre uno ni sobre sus decisiones.
El ser humano sabe por sí mismo lo que está bien o mal, pero realmente ¿que está bien o mal? Quizás es lo primero que hemos de dejar de preguntarnos, porque entonces ya no eres libre de pensamiento, estamos cuestionando. ¿El miedo cuestiona? Si, naturalmente, y además paraliza, no dejándonos ser libres. El pensamiento se sujeta al miedo y no permite la libertad.
Para mí, sentirme libre, sería estar liberado de cualquier enfermedad física, mental, y de cualquier estructura social, que me impida hacer en el momento que me invade el impulso, lo que deseo.