jueves, 17 de septiembre de 2009

LA HUMILDAD


Una noche, un mosquito que no paraba de hablar y hablar sobre sí mismo, le decía a una luciérnaga:
-"Yo no creo que haya en el mundo una criatura mas útil y al mismo tiempo mas noble que yo. Si el hombre no fuese por naturaleza un ingrato, debería estarme eternamente agradecido; de hecho no podría tener mejor maestro de comportamiento moral. Porque mis agudas picaduras le ofrecen la posibilidad de ejercitarse en la noble virtud de la paciencia. Y con el fin de que se sacuda de su inepto sueño, de día y de noche, en cuanto se acuesta para dormir, enseguida me ocupo de picarle ya sea en la frente, en la nariz, o en otras partes del cuerpo. También poseo en la boca una trompeta, con la cual, a modo de guerrero, voy tocando y proclamando mis gestas. Pero tú, luciérnaga, ¿qué bien reportas al mundo?".
Respondió la luciérnaga:-"Amigo mío, todo aquello que crees hacer en beneficio de los demás, en realidad lo haces pensando solo en ti. Al picar a las personas, chupas su sangre, la cual te ayuda a nutrir tu vientre; y tocando la trompetita, tratas de exaltar tu acción ante sus ojos y la vista de los otros. En realidad solo te quieres a ti mismo. En cuanto a mi, no tengo otra cualidad fuera de esta lucecita que arde en mi corazón. Con eso, procuro iluminar el camino a quien esta envuelto en las tinieblas de la noche. Sé que esta lucecita mía es bien pequeña, y quisiera hacer más, pero la naturaleza no me lo permite. El poco bien que hago, lo hago en silencio, sin vocearlo alrededor. ¡Que las personas juzguen quien de nosotros dos les es de mayor provecho!".

Quería comenzar con buen pie para hablar de este tema que tanto escasea hoy día en la sociedad moderna, de ahí que haya dejado este cuento. Paseaba por un muelle con mi amiga Lorena, miré al frente y bajo el gran faro, amarrados se mareaban muchos barcos anclados. Parecían desear salir de allí para navegar sin rumbo, por un momento creí que tenían vida. La miré y le dije: - ¿Con cuál te quedas? Sonrió porque me iba a señalar un yate. Pero enseguida le invadió la humildad y se dejó llevar por ésta. Eligió uno más sencillo. Yo, había echado el ojo a una lata de sardinas (así lo bauticé) que allí flotaba. Pequeño, sin remos, con eso me conformaba para pasear por la quietud que ese día reinaba en la sábana oceánica. Claro que a todos nos gustaría tener ese gran barco que nos saque a navegar mientras las gaviotas revolotean graznando cerca de la proa pero por naturaleza, los “pobres” como así los llamo yo, somos invadidos por los miedos a poseer algo con valor por si tenemos que pagar un precio. Es por ello que siempre tendemos a ser humildes y conformarnos con poco.
Tratar la humildad es complicado debido a que el que más o el que menos de nosotros tiene arrestos de orgullo que es lo adverso a la humildad. Cuando una persona está consciente de que no es superior a nadie y admira y ayuda a cada uno de sus semejantes como a sí mismo es humilde. Pero… ¿dime quién puede realmente definir la humildad cuando en su corazón tiene cabida el egoísmo y la envidia?
La humildad es algo íntimo nadie puede saber hasta que punto otra persona es humilde o no. Decirle a una persona que no es humilde es un acto de arrogancia por lo tanto es menos humilde que a la persona que se le dijo.
En realidad, el significado de las palabras es bastante arbitrario y varía con el tiempo, el contexto en que se utilice, la contraposición con otras palabras, como se emplee el lenguaje no verbal al pronunciarla…eso es muy importante, al menos para mí. Humildad es una palabra trascedental y se utiliza mucho cuando se habla de valores, de moral, de religión y hasta de ética laica. La humildad es reconocida como virtud social. Una de las percepciones es señalar la baja condición de las personas, calificándolas de rastreros de carácter, cobardes, vencidos...
En el contrapeso de la balanza, nos encontramos con la soberbia, haciendo referencia a la superioridad, a lo supremo, a lo sublime...
Por lo tanto, la humildad, el recordar que uno viene de la tierra, es bueno para los que se preocupan demasiado en mirar hacia arriba y en alcanzar las cumbres del éxito, la fama y el ego exaltado.
Lo importante es lograr el equilibrio, porque la verdadera virtud, según el BUDISMO, siempre está en el término medio.
Buda dice: -“si eres humilde no serás capaz de ver todo lo que te llama a la superación, entonces, más que humilde eres un pobre de espíritu. Si te crees superior y a salvo de caer, es posible que un día caigas de tu pedestal. Porque en realidad eres más pobre de espíritu que otra cosa".
Y así, humildemente, doy las gracias a mi amiga Lorena por haberme hecho reflexionar para poder escribir sobre este asunto y bajarme los humos filosóficos para volver al nido de la humildad.

3 comentarios:

Lorena Navarro dijo...

Querido Alex, no siempre todo lo que sentimos ante una experiencia (aunque sea la simple lectura de tus líneas) se puede expresar con palabras, a veces, todo...se nos hace muy poco. Por ello, y de la manera más sincera, te envío un cálido abrazo, de esos que acarician el alma.
Humildemente sólo quiero un pequeño barquito, que navege soplado por la brisa fresca, donde pueda disfrutar de mi espacio,ser acompañada por quienes quieran compartir conmigo, dejándoles subir y bajar sin explicaciones, viviendo cada momento, sintiendo cada situación, una barca que me llene de las emociones que cada experiencia me aporta... una simple barquita...Gracias una vez más "por estar", por subir a mi barca y llenarla con tu presencia.
Un Beso Enorme Friki.
Con todo el afecto, Lorena Navarro Manzano.

Anónimo dijo...

Pensaba tener claro el concepto de humildad, pero me has hecho pensar mucho. Gracias por eso¡ Es una entrada estupenda.
No solo la humilda,sino todos sus antonimos: soberbia, vanidad...etc.
Creo que se puede ser humilde en un bote pequeño,en uno grande , o incluso viviendo en un loft de diseño en el mismo faro. (cosa que me encantaria); siempre y cuando uno sea capaz de valorar a todo el mundo, a todos los niveles de educacion y economico, y por tanto nunca perdiendo la visión general de la vida. conozco a gente muy soberbia y altiva, sean ricos o pobres. Ya que "pobres" de bolsillo tambien los hay con mucha "pobreza" de corazon.
Me gusta tu blog ¡ Un fuerte abrazo.

Namaskar dijo...

La humildad: buffffffffffff mi querido Ale!!! Como tú muy bien dices “Tratar la humildad es complicado debido a que el que más o el que menos de nosotros tiene arrestos de orgullo que es lo adverso a la humildad” Por mi experiencia vivida, cuando hablo de orgullo, hablo de una necesidad compulsiva que embota nuestra sesnsibilidad, de una droga que enturbia la percepción. Por eso,mientras se tenga el más minimo orgullo hacia cualquier cosa o persona, no puede nacer la verdadera humildad, porque LA HUMILDAD es sensibilidad, y la sensibilidad se destruye cuando resulta dañada, AUNQUE SEA MINIMAMENTE!!!.

Sé que es muy difícil llegar al grado de HUMILDAD PLENA, vivimos en sociedad y por desgracia estamos limitados en nuestra libertad espiritual porque como tú y yo muy bien sabemos, NO podemos SER Y HACER en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida, esa es la verdadera y triste realidad. No obstante, aunque piense así, que para mi no exista la humildad incompleta o parcial, considero que la humildad, como la sensibilidad, O LO TIENES INTEGRO, O NO LO TIENES! Por eso,solo cuando vamos limando, trabajando y haciendo desaparecer todos los adversos a la humildad accedemos a un mundo donde nos damos cuenta que la mortecina luz de una vela comparada con la luz del Sol era lo que nosotros antes considerabamos humildad y descubriremos y nos haremos sensibles a realidades cuya existencia jamas habiamos sospechado. Aunque no la consigamos en plenitud en este mundo, en esta sociedad, lo importante es ser consciente de nuestros actos y estar en camino aunque sean muchos los obstáculos que encontremos por el camino pero y...
Gracias una vez mas por esta reflexion, como siempre muy rica!!
Mil besos, diez mil!!