domingo, 10 de octubre de 2010

HORIZONTALIZAR NUESTRO YO


Hace días “masticaba” una frase de Gabriel García Márquez donde el escritor y novelista colombiano, había añadido en su carta de despedida de la vida pública, conmovedora por cierto, debido a su estado de salud (cáncer linfático). La expresión decía así:
“He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse”.
Después de ingerir ese pensamiento del nobel de literatura, me encontré con un “mendigo” en la puerta de un templo, que sentado, pedía dinero a diestro y siniestro. Le "ofrecí" un par de monedas, y mientras me retiraba de la “escena” oía a un chico que salía detrás de mí, diciendo: ¡“el pobre”! Y me cuestiono: “El pobre, ¿por qué?” Si analizamos la situación y la fusionamos con la nota de Gabriel García Márquez, desde mi modesta opinión, no tiene nada de “envidiarle” al desamparado que “demandaba” en la puerta de la iglesia. ¿Acaso una persona económicamente “sobrada” no tiene carencias? Quizá sea más exiguo que el primero. Lo cierto es que al oír las palabras del hombre que me acompañaba en la salida de la primitiva basílica me hicieron reflexionar acerca de dónde podemos situar nuestro ego.
Si “horizontalizamos” nuestro “yo”, ni él está por debajo de mí, ni yo estoy por encima de él. Claro que aquí, la humildad se pone de pie. Ser humildes puede abrirnos hasta las puertas más grandes y pesadas existentes. Ésta es todo lo contrario a la soberbia, uno de los siete pecados capitales.
Si alejamos nuestro ego y en lugar de criticar, nos pusiéramos siempre en primera persona, antes de “señalar” al prójimo, quizá pudiéramos paliar los prejuicios que tan lejos nos mantienen de las relaciones con los demás.
¿Le echas un pulso a tu ego?

1 comentario:

Javier dijo...

Me has descubierto una preciosa carta, Alex. Un canto a la amistad, al amor, a la humildad. La reflexión de un gran escritor que ve que se le acaba el recorrido en este mundo. Repleta de hermosas y profundas frases.Como esta que transcribo a continuación:
"El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces."

Porque a veces lo "urgente" no deja tiempo a lo "importante"...
Una gozada.
Javier.