lunes, 13 de julio de 2009

"SABER PODARSE A TIEMPO"


Como un árbol: así somos, y así serán nuestros "ciclos". De una semilla caída en la tierra naceremos un buen día, y no elegimos que árbol queremos ser. Unos serán encinas, chopos, álamos, higueras, palmeras...etc. Y con un poco de suerte si hemos caído en buena tierra y en la época del año adecuada, saldremos adelante. Si no hay heladas en la infancia, que dañen los primeros brotes, pasados los primeros años serán fuertes ramas. Se llenaran de hojas, que a su vez traerán todo tipos de insectos, unas veces serán orugas, y otras veces mariposas. Estás traerán a su vez todo tipo de pájaros, que a su vez traerán depredadores, y así sucesivamente. En nuestro caso será la vida la que se disfrace de jardinero y cuide del árbol. Cuidará de que el aire no rompa las ramas, de abonar la tierra si se necesita, de limpiarlo de malas hierbas alrededor...
Pero también se encargará de podarlo cuando sea preciso, y despojarlo de las ramas que se han convertido en un peso insoportable, y no le dejan crecer. La poda es necesaria para mantener el equilibrio, y él lo sabe bien. Cortará las que impiden que las raíces sigan creciendo, y que siga perdiendo su fuerza aferrado a la idea de que debe seguir creciendo hacia arriba, sin darse cuenta de que su verdadera fuerza está justamente bajo sus pies, (en este caso bajo tierra). Cuando eso ocurra y el jardinero pode cada rama innecesaria, de pronto dejará de dar cobijo a los que cómodamente se habían alojado a tomar la sombra, y que de pronto se han visto agraviados por la decisión del jardinero. Para ellos su decisión, siempre será la mala. La peor decisión, ya que la seguridad de tener una sombra en la que refugiarse si llueve le ha sido arrebatada a golpe de serrucho. Ellos vivan bien sin esforzarse ni sacrificar nada. En cambio, perdida ya tanta rama que no servia para nada, se hace la luz y lo inunda todo hasta casi cegarnos. La claridad con la que se ve el cielo puede apreciarse desde la raíz, y se empieza a tener conciencia de una nueva realidad. Aparece ante nosotros un árbol nuevo, una vida nueva, un nuevo despertar. Poco a poco, vamos reconociendo aquel árbol que un día fuimos, y empezamos de nuevo, nuevas hojas, nuevas fuerzas renovadas, nuevos insectos y nuevas mariposas con sus respectivos pájaros vendrán a vernos de nuevo. UNA VIDA NUEVA aparece al cortar las ramas, nuevos brotes harán de nosotros un ÁRBOL NUEVO. He ahí el secreto de saber podarse a tiempo antes de que la pesada copa nos tumbe al suelo, y termine por secarnos.
Dedicado especialmente a Alex. Gracias por confiar y por saber ver.
Ya queda menos para la primavera.


PUBLICADO EN EL RINCON DE NUKE. CON DERECHOS DE AUTOR

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