lunes, 3 de agosto de 2009

PARA MI QUERIDA AMIGA MARÍA… EL HOMBRE DEL PIANO


Fue a relajar sus emociones una semanita lejos de la rutina a la par era una promesa que le había hecho a su hija. Se afincó durante esos siete días en el sur de Gran Canaria.
En la noche, visitó como antaño hacía, al hombre del piano, con alguien que escogió otro camino y ya no estaba esa noche ahí, a su vera. Ese particular personaje que golpeaba con experiencia el teclado del instrumento, regó la nostalgia para que floreciera y le diera de lleno, le hizo añorar lo vivido. Desde aquí y modestamente me encantaría darte un empujoncito que te ayude a levantar el ancla del pasado. Esa nostalgia, que normalmente surge por un proceso de adaptación, al no haber logrado el proyecto, se convierte en mecanismo de defensa (negación) que encierra mas allá del deseo por mantener vivo un recuerdo que ya no forma parte del presente y refleja la incapacidad de enfrentarse a la nueva realidad.
Nada es eterno, y si consideramos que la vida se basa en experiencias, es necesario encontrar el aprendizaje en lo vivido, reflexionar sobre ello y trabajar en la superación. No hay que olvidar que se puede iniciar una nueva relación, pero es necesario encontrar una fortaleza en nuestra persona para modificar los sentimientos que nos impiden avanzar. Nunca es tarde para tratar de descubrir un futuro aún mientras nos encontramos en el pasado.
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá.

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