sábado, 22 de agosto de 2009

EL MIEDO


A veces el más valiente es el más cobarde... El miedo es una emoción que tiene muchas veces como función el protegernos de algún peligro real o no. Uno arrastra consigo, siempre una bolsa llena de miedos. A veces los miedos salen de la bolsa, se hinchan, crecen y llenan tu mente. Hay miedos absurdos que nos angustian profundamente. El miedo a que los demás oigan los pensamientos que fabricamos, a que no se vuelva a hacer de día, a que una arruga divida tu cara. En fin, miedos... En la bolsa hay también miedos verdaderos: el miedo a no saber quien eres y el temor a saberlo; el miedo a tu soledad y el temor a tener compañía; el miedo a las otras miradas y el temor a que te dejen de mirar; el miedo a soñar y el temor al vacío si dejamos morir nuestros sueños; el miedo a arriesgarse y el temor a dejarlo de intentar; el miedo a amar y el pánico a dejarse amar; el miedo a vivir y el terror a morir. Cuando salen los miedos de la bolsa, no sabemos que hacer y nos agarramos a los miedos mas absurdos para no enfrentarnos a los miedos verdaderos.
El miedo es un maravilloso invento del organismo para su desarrollo en el proceso de evolución del ser humano: ambos son necesarios para nuestra supervivencia y sería un error prescindir de él. Aunque cuando el miedo aparece de repente, por sorpresa e invade nuestros pensamientos, quedamos atrapados para pensar que debemos elegir en una situación que nos incapacite para realizarnos como personas. La mente es libre y nadie puede esclavizarla salvo nosotros mismos. Para vencer al miedo hay que ser valientes y eso significa entregarse a la vida sin condiciones, sin estar a la defensiva, confiado y atento para hacer lo que nos corresponde con la mejor disposición de ánimo, hasta el último aliento y sin aflojar nunca. Parece fácil, lo sé, pero es todo lo contrario. Vencer al miedo es dominar un sentimiento y ese itinerario es tan extenso como quien nos adelanta con paso largo camino hacia el cielo. No digo que sea imposible pero si muy difícil, entonces, ¿qué nos queda? Aceptación. La aceptación es una parte tan importante de la felicidad, la satisfacción y el crecimiento personal. "¿Lo acepto, o no?" Si lo aceptamos, fluimos con todo. Le permitiremos a la vida que haga lo que ya está haciendo. SER nosotros en la vida y consagrarnos en ella. Sólo así disfrutaremos de la vida totalmente desprovistos de apegos, esa es una meta elevada que puede brindar mucha satisfacción. Vivir momento a momento permitiendo que la esencia fluya a través de nosotros, sin restringirla, permitiéndole derramarse sobre todo y todos los que nos rodean. Es decir, VIVIR en plenitud.

7 comentarios:

Silencios dijo...

Excelente ejemplo nos has presentado en el video Alex.
Todos hemos sentido miedo alguna vez, solo debemos ser capaces de distinguir entre el miedo normal o el patológico.

un texto muy acertado, Alex. Gracias.

Mis besos

ana dijo...

Y entro por primera vez, y me encuentro con Tracy. Esto no va mal.

Y una reflexión sobre el miedo, muy buena por cierto.

Necesito leer más. Así que me quedo por aqui. Un saludo.

Alexis Rodríguez dijo...

Gracias "Silencios" por venir al arroyo y dejar tu bellas palabras que hacen que la corriente coja más y más fuerza.
Un beso!

Alexis Rodríguez dijo...

Ana, puedes quedarte, puedes acampar durante el tiempo que desees... Te cueno un secreto? A Tracy la puse porque sabía que un día vendrías por aqui a mojarte los pies...
Un beso

Meiguiña dijo...

El miedo a veces no nos deja vivir y dejamos escapar lo mejor de nuestras vidas.

Un biquiño meigo

Ruth Carlino dijo...

Tropiezo con este arroyo que me invita a sentarme, evadirme y a intentar despojarme de todos mis miedos.

Buena reflexión querido Alex, a veces necesitamos que nos digan las cosas un millón de veces para poder interiorizarlas y poder llevarlas a cabo.

Besos.

Timoteo Estévez dijo...

alex que lindo esta eso... buen post. bien expresivo...